Crisis es una palabra que nos acompaña día y noche desde hace más de una década. Siempre hay crisis por algún motivo, pandemia, guerra… Y todo al final repercute en el bolsillo. La economía sufre unos meses de precios disparados, combustibles y los alimentos de primera necesidad son los más afectados. Cada vez cuesta más llenar el depósito, calentar los hogares y llenar la cesta de la compra. Pero que falte el pan es duro, muy duro.
La imagen del pan en el suelo impacta porque da pie a diversos supuestos. ¿Se cayó el pan y el propietario lo depositó allí por si alguien lo necesitaba? ¿O quizá es una señal de protesta de un vecino harto por los precios? Esta estampa fue vista ayer en la plaza Inmaculada de León por lo que no creemos que su propósito fuera el de servir de alimento para algún animal callejero. Pero esta imagen da que pensar y llorar.
El pan y la necesidad que hace llorar
Durante toda la semana, como suele ser habitual, varias personas rebuscan en los contenedores de la zona. Desde San Agustín hasta la Inmaculada son repasados en busca de «algo interesante». Desde algún objeto para vender hasta algo de ropa que poder usar y, desgraciadamente, comida. Quizá por este motivo estaba ahí el pan, esperando a alguien que lo recogiera. Una desgarradora imagen que es mejor no ver para no romper en lágrimas.
En la Inmaculada no es raro ver personas solicitando ayuda. De hecho, uno de los personajes de esta plaza bien podría ser el mendigo que habitualmente la frecuente. El día a día es duro, con pan en el suelo, personas solicitando ayuda… Muchas veces el alma se conmueve cuando los grandes desastres muestran víctimas en la televisión que requieren ayuda, pero si miramos a nuestro alrededor hay personas que necesitan del mismo modo ayuda. Ojalá no hubiera motivo para pensar que alguien recogió el pan en el suelo para poder comer, ni en León ni en ningún lugar.