Ahora que tanto se habla de nuestra sacrosanta Constitución y su inviolabilidad, es hora de decirle a los leoneses que, a la hora de constituir la Comunidad Autónoma de Castilla y León, se vulneró el artículo 2 que dice: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”.
Que León era una Región histórica es algo que no se discute. Incluso, posteriormente a la Constitución de 1978, aún aparece reconocida la Región Leonesa en el Anuario Estadístico de 1982 del Instituto Nacional de Estadística (INE), que recoge explícitamente y con plena vigencia la existencia de la Región Leonesa conformada por las provincias de Salamanca, Zamora y León.
Tres años después del referéndum de la Constitución de 1978, el 31 de julio de 1981, UCD y PSOE aprueban los pactos Autonómicos por los cuales España se vertebra en 17 comunidades Autónomas y dos ciudades autónomas. Una de esas 17 Autonomías era Castilla y León.
Se trata de una de las mayores barbaridades cometidas en democracia, vulnerar el artículo 2 de la Constitución, negarle a la región leonesa su derecho a la autonomía y crear un monstruo como Castilla y León, 11 veces mayor que la media de las Regiones Europeas, mayor que Portugal y que muchos países europeos, sobre la que era difícil verter competencias y funciones.
LOS «TALIBANES DEMOCRÁTICOS»
Los” talibanes democráticos”, que no demócratas, del PSOE y la UCD, con especial mención de Rodolfo Martín Villa, de infausto recuerdo, entendieron, eso dijeron, que era importante crear una autonomía central fuerte que contrarrestara la fuerza centrífuga de los nacionalismos catalán y vasco. Ellos, malditos sátrapas, le llamaron a eso RAZONES DE ESTADO, que son las razones que imponen los que tienen el poder, pero no la razón.
LO QUE EL TIEMPO DEMOSTRÓ
Como el tiempo ha demostrado, ni crearon una autonomía fuerte, ni los nacionalismos cedieron un ápice en sus apetencias segregadoras.
Eso sí, a la Región Leonesa se le privó de su derecho a la autonomía, se le incluyó en un ente absurdo y se le privó de toda importancia en la gestión de la comunidad. El centro decisorio se trasladó a Valladolid,
VALLADOLID CAPITAL DE HECHO Y DE DE DERECHO
“Sitio” convertido en capital de hecho, no de derecho, donde se ubicaron y permanecen todos los centros de poder, y desde donde se margina a la Región Leonesa o lo que ellos llaman despectivamente EL OESTE DE LA COMUNIDAD. ¡Malditos!
LEÓN SIN PROGRESO, PRIVADO DE DERECHOS
Y, también, como el tiempo ha demostrado, la pertenencia de la Región Leonesa a esta maldita comunidad ha arruinado toda expectativa de progreso, nos han intentado privar, además de nuestro derecho a tener una Autonomía Leonesa, de nuestra historia, de nuestras tradiciones, de nuestra cultura y, desde luego de nuestros recursos.
Han reconvertido salvajemente todos los sectores de la actividad regional, nos han robado (ellos lo llaman administrar) recursos de toda índole, nos han privado de la centralidad neurálgica que podríamos tener por razones geográficas y han machacado nuestro futuro.
Y todo ello lo hicieron sin siquiera preguntarnos a los leoneses nada. Simplemente, lo hicieron, y quienes lo hicieron están políticamente ahí todavía, patulea política infecta que pervive a toda maldad política.
En el próximo capítulo de esta verdad sobre León, explicaremos la evolución poblacional de las tres provincias leonesas, que es la derivación lógica de la falta de autogestión de nuestros recursos. Una pena.
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