Según la Conferencia de Decan@s de Veterinaria de España, que engloba a las 13 facultades que ofertan este título en la actualidad, la solicitud de implantación de un nuevo Grado en Veterinaria, por parte de la Universidad Europea de Madrid, rebajaría de manera alarmante la calidad en la formación de unos estudios tan importantes para la Salud Pública de la población. La ampliación de facultades conllevaría aumentar los ya acuciantes problemas en la asignación de recursos económicos a los centros, la pérdida de la calidad docente, el incumplimiento de los exigentes estándares de formación dictados por la UE, además de incidir negativamente en el ya saturado mercado laboral, aumentando la actual situación de precariedad.
Todos los estamentos profesionales (CGCVE, COLVEMA, FESVET, AMVAC, AEHV, CEVE, AEVET, USVEMA, etc., etc., etc…) se han solidarizado con la Conferencia de Decan@s que ha pedido a la Secretaría de Estado de Educación, Formación Profesional y Universidades, a la Consejería de Educación e Investigación de la Comunidad de Madrid y al Presidente de la Fundación Madrid+d que no autorice una nueva Facultad de Veterinaria, pues ello agravaría el ya inasumible problema de precariedad laboral en la profesión.
En un exhaustivo Informe, los Decan@s analizan la situación de los estudios de Veterinaria en Europa y en España y demuestran con datos objetivos que la creación de nuevos centros académicos tendría graves repercusiones económicas y sociales en la importante labor de la veterinaria, sobre todo en ámbitos de Salud y Bienestar Animal y Salud Pública y Ambiental.
Los proyectos de creación de centros privados en Alicante (UCAM), Madrid (Universidad Europea de Madrid) y más recientemente, la insensata propuesta de algunas formaciones políticas, en plena campaña electoral, de creación de otro centro público en la Universidad de Cantabria, para su campus de Torrelavega, han puesto en pie de guerra a la profesión Veterinaria que llevará hasta las últimas consecuencias las movilizaciones en defensa de una Veterinaria digna y de calidad.
Por eso hoy, desde el Sindicato de Veterinarios de León –SIVELE-USCAL– también nos tenemos que alinear con la Conferencia de Decan@s de Veterinaria de España y mostrar nuestro más enérgico rechazo a la posible apertura de una nueva facultad de Veterinaria por parte de la Universidad Europea de Madrid, o de cualquier otra, pública o privada. Nos oponemos frontalmente a aumentar la precariedad laboral existente en el colectivo sanitario que, según los datos del INE en la Encuesta de Coste Laboral para el primer trimestre de 2019, está peor pagado, situándose su salario al nivel de los empleados de jardinería, servicios en edificios o en comidas y bebidas, dicho esto con el mayor de los respetos hacia estos profesionales. Según esta Encuesta, el coste laboral de los servicios veterinarios se sitúa en 18,92 euros/hora, muy por debajo de la media nacional; y lo peor, en unas condiciones laborales cargadas de responsabilidad, peligro, estrés y sobrecarga emocional derivada de la profunda vocación por el cuidado de los animales y la salud de las personas.
Según los datos del último informe del INE de 2018, en España hay 33.207 Veterinarios, de los cuales 16.436 son mujeres y 16.771 son hombres. De ellos, en cálculos de las principales asociaciones profesionales, una tercera parte no puede vivir de la profesión, o si lo hace, sus condiciones laborales les impide un desarrollo vital con la dignidad que se requiere. Y ello, por una sola causa: el exceso de facultades de Veterinaria, que supone un número de egresados anuales que supera con mucho todos los ratios y referencias de necesidades del ejercicio profesional. Mientras que Francia (66,99 millones de habitantes) cuenta con 4 Facultades, Alemania (82,88 millones de habitantes) con 5, o el Reino Unido (66,27 millones de habitantes) con 6, en España (45,76 millones de habitantes) tenemos actualmente 13 Facultades a pleno rendimiento. Solo Italia (59,98 millones de habitantes) vive una situación similar, y ya está poniendo límites a su desmán. Para ello, ha determinado por ley un número máximo de licenciados anuales y se ha planteado, con el horizonte 2019, el cierre de aquellos centros que no cumplan unos estándares mínimos de calidad.
Según recoge el informe de la Conferencia de Decan@s, la profesión de veterinario es de los pocos estudios universitarios que está regulado por una Directiva Europea (2005/36/CE, actualizada en diciembre de 2013), lo que permite la libre circulación de los profesionales en Europa, y que surge del papel crucial que tiene el veterinario en el mantenimiento de la Salud Pública. Esta directiva establece los contenidos de los planes de estudio y las competencias que han de adquirir los estudiantes, que son generalistas, sin especialidades. Por otro lado, por mandato del Parlamento Europeo se creó la European Association of Establishments for Veterinary Education (EAEVE) que juntamente con la Federation of Veterinarians of Europe (FVE), tienen la finalidad de asegurar la armonización de los estándares mínimos de formación en los estudios de Veterinaria en toda la UE. Por ello, la EAEVE ha establecido un sistema de homologación y acreditación de las facultades, actualmente de carácter voluntario, muy exigente y costoso, pero que asegura una formación con unos mínimos de calidad comparables entre todas las Facultades de Veterinaria de los estados miembros de la UE. En este momento, 9 de las 13 facultades españolas están evaluadas positivamente.
El enorme esfuerzo llevado a cabo por la Facultad de Veterinaria de León en los últimos tiempos para disponer de la acreditación europea, se puede venir abajo con la apertura de nuevos centros docentes. La reducción de las partidas económicas impedirá mantener los estándares de calidad exigidos por la EAEVE:
– Un Hospital Clínico Veterinario, para pequeños y grandes animales, con el personal y el aparataje suficiente para desarrollar una labor asistencial durante 24 horas al día, los 365 días del año.
– Una Granja Docente Veterinaria que incluya todas las especies que requieren atención veterinaria.
– Una Planta Piloto de Tecnología de Alimentos que debe incluir líneas de fabricación de los diferentes alimentos de origen animal: carne, leche y pescado.
– Dotación de aulas, laboratorios, aulas informáticas, salas de disección y necropsias, etc.
– Profesorado bien preparado perteneciente a las áreas de conocimiento específicamente veterinarias y que sean los responsables específicos, también, de la labor docente desarrollada en el resto de las estructuras especificadas en los puntos anteriores.
Teniendo en cuenta que los ingresos por las matrículas, que además este año han reducido sus tasas en Castilla y León un 20% con respecto al curso pasado, solo cubren un escaso 10-15% del coste de la formación de un alumno de Veterinaria, que se puede cifrar en una media de 14.000 € anuales, es fácil aventurar el futuro de facultades como la de León, en Comunidades Autónomas con recursos tan limitados, y con una sangría permanente humana e industrial.
El sobredimensionamiento de estudiantes de Veterinaria en España había puesto en marcha mecanismos reductores, de manera que la Facultad de Veterinaria de León había adquirido el compromiso de disminuir el número de ingresos en el primer curso a 100 alumnos, lo que permitiría que en el total de Facultades de España se incorporaran únicamente 1.638 alumnos (1.098 públicas, 540 privadas), lo cual contribuiría en gran medida a mejorar el exceso de más de 900 plazas en función de las necesidades reales que el mercado necesita. Por ello, la creación de nuevas Facultades, con el consiguiente aumento en el número de egresados anuales, supondrá, además del aumento de la precariedad en la profesión, la insostenibilidad de la calidad en la docencia en la Facultad de Veterinaria de León. En este punto conviene recordar que en la UE sólo hay centros privados en España, Portugal y Reino Unido.
Dado lo incontrovertible de los datos expuestos, desde el Sindicato de Veterinarios de León (SIVELE-USCAL), exigiremos a las autoridades locales y regionales:
1º. Que insten al Ministerio de Educación y Formación Profesional, que dirige en la actualidad la ministra Mª. Isabel Celaá Diéguez, a que ponga un “numerus clausus” de acceso a los estudios de Veterinaria en el conjunto del reino de España, evitando la creación de nuevas Facultades, tanto públicas como privadas, y fortaleciendo las infraestructuras y dotación humana de las existentes, para mejorar tanto su labor docente como la investigadora.
2º. La elaboración de planes de estudio participados por toda la comunidad veterinaria, que permitan su ágil adaptación a la realidad cambiante del ejercicio profesional. Como señalaba en una reciente nota de prensa la Federación Estatal de Sindicatos Veterinarios (FESVET) y que nosotros compartimos: un aumento del número de créditos del grado de Veterinaria parece a todas luces necesario, y todo ello sin olvidar la necesaria especialización de postgrado, que incluya, además de las especialidades clínicas, en producciones ganaderas, etc., la especialidad propia de «Veterinaria de Salud Pública y Comunitaria» bajo los criterios y el mecanismo de la formación especializada en Ciencias de la Salud, otra asignatura pendiente de la profesión Veterinaria.
3º. Un soporte económico y educativo específico y permanente del Sistema Nacional de Salud, como es el caso de otros Grados en Ciencias de la Salud, como el de Medicina, Enfermería o Fisioterapia.
4º.- Un incondicional apoyo a la mejora de la imagen social y el prestigio de la profesión veterinaria, que como profesión sanitaria reconocida en la Ley 44/2003, de ordenación de las profesiones sanitarias, tiene la trascendente misión del control de la higiene y de la tecnología en la producción y elaboración de alimentos de origen animal, así como la prevención y lucha contra las enfermedades animales, particularmente las zoonosis, y el desarrollo de las técnicas necesarias para evitar los riesgos que en el hombre pueden producir la vida animal y sus enfermedades.
No queremos finalizar esta nota informativa sin felicitar al ayer mismo elegido Presidente del Consejo General de Colegios Veterinarios de España, D. Luis Alberto Calvo Sáez, licenciado en Veterinaria por la Universidad de León, que sustituirá en el cargo al leonés Juan José Badiola, deseándole el máximo de los aciertos en la gestión y dirección de una profesión básica para el sistema sanitario público.