El Juego de las chapas es una tradición de Semana Santa que sigue viva en Castilla y León
En Castilla y León, el juego de las chapas se ha convertido en una de las tradiciones más queridas y representativas de la Semana Santa, especialmente entre Jueves Santo y Domingo de Resurrección. Este juego, que tiene raíces profundas en la cultura local, ha perdurado a lo largo de los siglos especialmente en las áreas rurales, donde sigue siendo más popular.
El juego consiste en el lanzamiento de dos monedas, conocidas localmente como ‘perras gordas’, que originalmente eran monedas de 10 céntimos de la época de Alfonso XIII. Los jugadores se agrupan alrededor de un ‘baratero’, quien coordina la partida y cobra una tasa administrativa de aproximadamente 30 euros por cada jornada de juego.
El objetivo es sencillo: adivinar si ambas monedas quedarán con la cara o la cruz hacia arriba. Si no coinciden, la jugada se repite hasta que ambas monedas muestren el mismo resultado. Esta práctica se encuentra regulada por la Junta a través de dos normativas clave: el Catálogo de Juegos y Apuestas y el Reglamento regulador, que busca asegurar su desarrollo dentro de un marco legal.
La Junta de Castilla y León ha hecho público el listado de bares y localidades donde los vecinos podrán disfrutar de esta tradición, destacando 30 municipios de León:
- Bembibre
- Benavides de Órbigo
- Cembranos
- Cistierna
- Gordoncillo
- Jabares de los Oteros
- La Bañeza
- León
- Mansilla de las Mulas
- Palacios del Sil
- Ponferrada
- Sahagún
- Sahelices del Payelo
- San Andrés del Rabanedo
- Santa María del Páramo
- Trobajo del Camino
- Valderas
- Valencia de Don Juan
- Veguellina de Órbigo
- Villablino
- Villamañán.
El consejero de la Presidencia, Luis Miguel González Gago, ha subrayado la importancia de mantener esta tradición, garantizando la seguridad jurídica para los organizadores y protegiendo a los participantes de posibles irregularidades. Las apuestas, exclusivamente en efectivo, están permitidas solo en lugares autorizados, y todas las partidas deben celebrarse a más de 100 metros de cualquier centro educativo.