El leonés Jesús Vidal logró en poco más de un minuto darle la vuelta al guión e introducir en el orden del día tras palabras a las que el sector no suele atender con la misma fuerza que otras demandas constantes como las derivadas de la salud económica del cine, la poca paridad o el rechazo social a la violencia machista. Los tres vocablos fueron “inclusión, diversidad y visibilidad”.
El actor subió al escenario para recoger el premio Goya como Mejor Actor Revelación por su papel en la cinta Campeones de Javier Fresser pero terminó logrando algo mucho mejor: el respeto y la estima de todos los presentes y de la audiencia que seguía el espectáculo por televisión. Es el premio a toda una vida dedicándose a su pasión y superando los obstáculos derivados de su discapacidad visual que le afectó de niño. Una enfermedad le produjo una miopía magna que derivó en ceguera. Tenía 20 años cuando perdió la vista del ojo derecho y su visión ha ido degenerando con el tiempo. A día de hoy, solo tiene un 10% de visión.
Vidal atiende amablemente la llamada telefónica de La Vanguardia y traslada la lucidez que tuvo sobre el escenario en Sevilla a una charla que afronta visibilizando sus valores. “Yo suelo hablar de diferencia, no de discapacidad. Lo que ya no me gusta es que se hable de discapacitados y no de personas con una discapacidad”, confiesa al ser interpelado por su situación personal. Un contratiempo con el que ha tenido que convivir extrayendo otras lecciones: “Para mí cada día es un reto y un regalo en el que tengo que ir superando diferentes obstáculos”.
Jesús es el tercero de cuatro hermanos. El único varón. Asegura haber tenido una infancia feliz, a pesar de que reconoce que en algún momento fue tratado por el resto de los compañeros con cierta hostilidad por su discapacidad. Con el tiempo, es algo que entiende: “Tuve algunos momentos malos con mis compañeros por ello, especialmente antes de romper el hielo, pero no puedo decir que eso me hiciera infeliz o que fuera una actitud persistente”. Su pasión por la dramaturgia no es flor de un día.
Recuerda que su tía era taquillera y formaba parte del equipo de personal del teatro Emperador de León, lugar en el que pasaba horas “imaginando que era yo el que estaba sobre el escenario con el público mirándome”. Decidió estudiar filología por su interés por el teatro, la literatura y la lengua, y en el proyecto de final de carrera coincidió con la dramaturga Sarah Kane, quien le animó a que probara suerte como actor profesional. Acudió a unas jornadas de arte y discapacidad en el Matadero de Madrid y, a partir de ahí, colaboró con el Centro Dramático Nacional y sus talleres en el festival Una mirada diferente de los que aprendió mucho del oficio. Vidal escribió y produjo la obra Sala de espera, con la que hizo una pequeña gira por la comunidad de León. “Tengo otros escritos recopilados pero, por el momento, están en lista de espera”, confiesa el leonés.
Su polivalencia le llevó también a hacer un máster de periodismo deportivo para la Agencia Efe donde demostró sus conocimientos en deportes como ciclismo, baloncesto, pelota vasca, boxeo o balonmano. “Mis compañeros se sorprendían conmigo cuando les hablaba de un ciclista holandés de los años 70”, rememora. En fútbol, Vidal es seguidor acérrimo de la Real Sociedad desde que su padre, del Athletic de Bilbao, le regaló una camiseta del equipo donostiarra cuando este ganó dos ligas consecutivas a inicios de la década de los 80. El mes que viene, según nos confirma, irá a Anoeta a hacer el saque de honor: “Tengo que mirar como tengo la agenda, pero seguro que estaré en el estadio en uno de los próximos partidos”.
Sus días de periodista por los que pasó por diferentes áreas deportivas los tiene muy presentes. Le gusta el oficio, pero no escatima alguna crítica para mejorarlo: “Es importante que los periodistas contrasten la información, no se puede publicar algo que no esté verificado por la fuente. Sin mentir se puede dar información inexacta, y eso hoy en día sucede de manera frecuente. Está muy bien en compartir información en nuestras redes sociales pero es importante que con el ansia de exposición no se nos olvide llamar a las fuentes”. Mensaje claro para quien corresponda.
El actor, que vive con independencia en Madrid, prefiere no hablar de temas amorosos, y avanza que saldrá en la película Remember Me de Martín Rosete, cinta que se estrenará durante este 2019. ¿Un deseo? Formar parte de una serie: “Me parece un trabajo totalmente distinto al que he hecho hasta ahora y me exigiría un esfuerzo que me permitiría probarme y crecer mucho como actor.
Jesús Vidal tiene muchas aficiones, pequeños momentos del día con los que se siente feliz. Uno de ellos es, precisamente, ver series. Pero hay otros que comparte con nosotros: “Me encanta estar con la familia, dar paseos o pasear. Eso sí, si es con una caña o un buen vino mucho mejor”. ¿Proyectos de futuro tras el Goya? “Crecer cada día como actor y como persona”. Y se hizo la luz.