Consumir cocaína impide que el cuerpo almacene grasa, según una nueva investigación que recoge Daily Mail. Tradicionalmente, los expertos creían que los consumidores de cocaína bajaban de peso porque la droga reducía el apetito.
Pero el nuevo estudio, realizado por científicos de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), ha concluido también que los efectos de adelgazamiento se detienen cuando los usuarios dejan de consumir, y que esto puede llevar a un aumento de peso considerable.
Los resultados apoyan las teorías que plantean que muchos drogodependientes sufren una recaída cuando aumentan de peso al dejar de consumir cocaína. La doctora Karen Ersche, del Instituto de Neurociencia de la Universidad de Cambridge, ha comparado el comportamiento de 30 hombres dependientes de la cocaína y otros 30 sanos.
La científica asegura que los consumidores de cocaína escogen dietas menos saludables que los hombres sanos, y que optan por comer alimentos ricos en grasas e hidratos de carbono. No obstante, los consumidores de esta droga bajas de peso igualmente.
Asimismo, los niveles de la hormona leptina, que controla el apetito, en el cuerpo de los consumidores de drogas se reduce, dando lugar a graves problemas de alimentación. Los investigadores creen que el exceso de comida y la mala alimentación conllevan una ganancia de peso en los usuarios de metabolismo lenta cuando salen de la droga.
La doctora Ersche afirma que «nos sorprendió el bajo porcentaje de grasa corporal que los consumidores de cocaína tenían a pesar de una ingesta masiva de alimentos grasos. Parece ser que el abuso de cocaína interfiere directamente en los procesos metabólicos y, por lo tanto, se reduce la grasa corporal».
«Este desequilibrio entre la ingesta de grasa y su acumulación también puede explicar por qué estos individuos ganan mucho peso cuando dejan de tomar cocaína», ha añadido. La investigadora ha indicado también que «para la mayoría de las personas, el aumento de peso es desagradable, pero para la gente que se está desintoxicando, este aumento de peso va más allá de una preocupación estética, puesto que conlleva también problemas psicológicos y fisiológicos».
«El estrés causado por este cambio corporal visible también puede contribuir a una recaída en el consumo. Por tanto, es importante que entendamos mejor los efectos de la cocaína sobre la conducta alimentaria», ha expresado Ersche en un reportaje publicado en la edición de agosto de la revista científica Appetite
«El notable aumento de peso durante la abstinencia de la cocaína no sólo es una fuente de gran sufrimiento personal, sino que también tiene profundas implicaciones para la salud y la recuperación. Intervenir en una fase suficientemente temprana podría prevenir el aumento de peso durante la desintoxicación, lo que reduce el sufrimiento personal y mejora las posibilidades de recuperación», concluye la doctora británica.