Al Ayuntamiento de León parece no importarle arruinar a los comerciantes

Las interminables obras de Ordoño II en León  están colmando la paciencia de los leoneses. Nadie se explica el por qué de tanta lentitud. Los propietarios de los comercios de Ordoño II denuncian que la avenida sea intransitable, porque las vallas impiden el poder cruzar de una acera a la otra y porque la caída en las ventas no cesa desde que se iniciaron las obras.

Siempre hubo clases y prioridades en León, ¿no?

Y es que… nuestro Excelentísimo en pleno sí se preocupa de que nuestro León embellezca, algo lógico teniendo en cuenta que estamos en plena celebración de «La Capitalidad Gastronómica».

El caso es que las obras de Ordoño II siguen adelante, a su ritmo, o sea, despacio y con tiento, no vaya a ser que alguien se caiga y se lesione. Conste que mi preocupación va por los obreros y no por los leoneses de a pie. Nosotros es imposible que nos caigamos, han tomado todas las medidas de seguridad y más, solo hay que verlo.

La principal arteria de León está vallada de «alante a atrás» pensando siempre en la protección al ciudadano. Porque si no estuvieran las vallas, podría la gente cruzar de una acera a la otra y, claro, podíamos tropezar. Pero como NO PODEMOS CRUZAR ya no hay problemas de caídas en masa.

Para que no llaméis mentiroso a este leonés

Tanto de esta obra como de su duración otros en su día han dado su opinión en este medio con el conocido artículo de Pepe Gotera y Otilio, y yo como Concejal de este Ayuntamiento, no voy a ser menos;

Hoy, alegres como unas pascuas, podemos afirmar que Pepe Gotera y Otilio siguen trabajando para regocijo de los jubilados y transeúntes que tienen algo que observar en este León nuestro a falta de otras ocupaciones.

Materiales utilizados en «La Obra» de León y millones de operarios trabajando codo a codo

La misma carretilla, varios escobones, algún trabajador por dentro de las vallas, la misma ceranda, un par de máquinas, algún eventual camión para transportar el estropicio y poco más… Que digo yo que si en vez de tener a un par de obreros pusieran una docena, a lo mejor la cosa iba más deprisa. ¡Qué es un decir, eh!, que puedo estar equivocado.

Los comerciantes de León, más concretamente y en este caso de Ordoño,  están encantados y felices con esta mejora, solo hay que verles las caras. Y si ya ahondas un poco más y entablas conversación…, bueno, ¡la cantidad de «palabros» que puedes aprender en un momento! Y los leoneses, madre mía…

¡El cabreo es monumental!

El otro día un leonés de pro, de esos de cecina en vena, me espetó:

«¡Esto lo coge Domingo Cueto y en un mes lo borda!»

De nada me sirvió que le dijera que era normal, que era una obra complicada y que, en definitiva, era lícito que el Ayuntamiento de León, alargando la obra, pareciera estar haciendo algo.

Él, turrión y cazurro, que si ya estaba bien, que por qué se quitaban unas jardineras para poner otras y, sobre todo, por qué tardaban tanto, que eso perjudicaba a todos, a los negocios de la calle y a la misma celebración del la Capitalidad Gastronómica.

Y yo que no le pude convencer y él cada vez más cabreado y cada vez era más la gente que se paraba a escucharle…, vamos que cuando me quise dar cuenta tenía más fans que la Pantoja. Y casi me linchan a mí porque les dije que, aunque concejal del Excelentísimo, no estaba en mis manos hacer nada. Que, como dice el refrán, «pagamos justos por pecadores».

Dejadlo, lo importante es que Pepe Gotera y Otilio siguen trabajando y algún día la obra se acabará y alguien muy ufano la inaugurará. La pena es que Gotera y Otilio, que ya forman parte del paisaje leonés, no estarán y eso es triste. Les hemos cogido querencia, oye.

El Concejal 666