El lunes fue San Villalar y allí estaban nuestros políticos haciendo el teatro de siempre. Son conscientes de la mentira de esta Comunidad, saben que la Región Leonesa ni participa como tal en modo alguno, ni está representada de ninguna manera. Pero no les importa. Ellos a lo suyo, a campar por la campa, a soltar su rollo por la televisión autonómica (¿?) e intentar endosarnos la misma milonga de siempre.
Juan Vicente Herrera y su corte, pañuelo morado al cuello, se pasea por el ferial prometiendo salvar empleos, lo que dice mucho de su incompetencia durante tantos años, 17 concretamente. Los primeros años de la fiesta, el PP ni aparecía. Tenían miedo a las reivindicaciones comuneras. Ahora va, simplemente, como quien cumple una obligación onerosa. Se le nota en la cara y la desgana con que atiende al personal.
Pablo, el podemita leonés, convenciéndonos de que, en las próximas elecciones autonómicas, en la medida que le “empoderemos a él”, todo irá mejor y el pueblo será el que mande, eso sí, “con una Comunidad unida y fuerte”. Qué ignorante. Teóricamente el pueblo ya manda en un estado democrático. Lo mejor fue su metáfora sobre el morado de su partido y de la enseña comunera castellana, hasta que un contertulio le comentó que el morado era históricamente una degeneración del rojo carmesí de la bandera castellana original. Y fue de León a Villalar a eso.
Mención aparte merece Pedro Sánchez, el libertador, que con sus andares cadenciosos se paseó también por la campa derrochando sonrisas y mentira. Éste tuvo más suerte, le nombraron Comunero y nos parece muy bien porque, celebrándose en Villalar una derrota de los comuneros, nadie como él para merecer el nombramiento. Se reinventó a sí mismo afirmando que “Los comuneros lucharon por dos principios fundamentales, la diversidad y la igualdad”. Ole, ole y ole.
Y un tal Fuentes, de Ciudadanos, llegó a la campa y sentenció: “La celebración no debe ser un debate sobre identidades y hay que buscar oportunidades”. Éste lo traía preparado de casa y nos deja también muy claro que tampoco su partido va a mover un dedo por los derechos de la Región Leonesa.
ESTO COBRAN NUESTROS POLÍTICOS POR CACAREAR
Pero a nuestros políticos la mentira nunca les importa. Lo que buscan es repetir y puesto que los que cacarean en Villalar son portavoces, lo suyo es seguir cobrando 11.694,04€ al mes.
Nada importa la despoblación, la huida de empresas, el paro, que nuestros jóvenes tengan que emigrar… A ellos, con sus rollos parlamentarios, les basta para justificar su sueldo.
Maldita comunidad, maldita fiesta y malditos políticos. 23 de abril, qué día más triste.