La ingesta moderada de cerveza durante las principales comidas podría proteger el sistema cardiovascular por su alto contenido en polifenoles. Así ha comenzado la ponencia del doctor Ramón Estruch, consultor senior del servicio de Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona, quien ha presentado el estudio Prevención con Dieta Mediterránea (Predimed), en el que se aborda el efecto de la dieta mediterránea junto con el consumo moderado de bebidas fermentadas en la salud cardiovascular, dentro del XXXIX Congreso Nacional de Semergen en Granada.
En este sentido, el doctor Estruch ha señalado que el estudio Predimed concluye que los efectos beneficiosos de la dieta mediterránea se consiguen a través de la mezcla de alimentos, por lo que es importante centrarse en patrones de alimentación y no en productos específicos.
De esta forma, la dieta mediterránea incluye una alimentación variada en la que predomina el consumo de verduras, frutas, legumbres y hortalizas, así como cereales integrales, pescado, carnes blancas, frutos secos y aceite de oliva.
Asimismo, señala, la inclusión en la dieta de un consumo moderado de bebidas fermentadas, como la cerveza —siempre en adultos sanos–, mejora el perfil lipídico y favorece la absorción de polifenoles, un tipo de antioxidantes presentes en las bebidas fermentadas y otros alimentos de origen vegetal.
Igualmente, ha hecho hincapié en la importancia del consumo de bebidas fermentadas, si bien añade que para obtener efectos positivos para la salud, será necesario seguir un patrón de consumo regular y moderado, siempre acompañado de alimentos. Por el contrario, un consumo irregular y excesivo de este tipo de bebidas, tendría efectos opuestos.
Así, el doctor ha advertido de los riesgos de la ingesta abusiva de bebidas alcohólicas y ha puntualizado que, aunque el consumo semanal se mantenga en los límites del consumo moderado, si éste se realiza de forma localizada durante el fin de semana, los beneficios para la salud de las bebidas fermentadas desaparecerían, aumentando el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades asociadas al consumo excesivo de alcohol.
A este respecto, teniendo en cuenta que dependerá de cada persona lo que se considera o no consumo moderado, Estruch señala que este consiste en la ingesta de entre una y dos cañas al día en el caso de las mujeres –no más de 15 gramos de alcohol– y entre dos y tres cañas para los hombres –no más de 30 gramos–.
De otro lado, durante su ponencia, también ha señalado que el estudio ‘Bases científicas de los efectos beneficiosos del consumo moderado de cerveza en el sistema cardiovascular’, publicado en revistas de prestigio internacional como ‘Atherosclerosis’ y ‘Nutrition Metabolism’, concluye que el consumo moderado y regular de cerveza podría ejercer un efecto protector en la aparición y progresión de la aterosclerosis.
Esto consiste en el endurecimiento de los vasos sanguíneos por la acumulación de grasa, así como sobre diferentes factores de riesgo cardiovascular, especialmente en la población con riesgo vascular moderado-alto. Asimismo, durante la realización del estudio, la composición corporal (peso, índice de masa corporal y relación cintura-cadera) de los sujetos participantes «no se vio afectada» tras el consumo moderado de cerveza.
La cerveza se trata de una bebida fermentada y elaborada a partir ingredientes naturales que contiene vitaminas y minerales, además de ser fuente de compuestos bioactivos como los polifenoles. El consumo de alimentos ricos en este tipo de compuestos podría ayudar a disminuir enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas o diabetes.