Una mujer de León se hace pasar por autónoma y cobra 50 céntimos por cada «me gusta».
La mujer vecina de León, ha estado haciéndose pasar por autónoma durante los últimos años, realizando distintas actividades sospechosas y lucrándose de ellas.
Un querer y no poder
Cabe destacar que aparte de su sospechosa actividad de autónoma, pues o bien no emite facturas o lo hace siempre con la misma numeración «0001» repetidas veces con independencia de la fecha, presume de ser una influencer relacionada con el mundo del deporte.
En primer lugar, la mujer de mediana edad se lucra del beneficio que obtiene por la venta de artículos de ropa deportiva, estos artículos los adquiere de modo personal y privado a través de Internet y a muy bajo precio.
Pero, en realidad ella supuestamente los vende a un precio superior, quedándose con un beneficioso margen económico y por tanto, lucrándose de ello.
En este caso, esta forma de actuar sería una «venta ambulante», pero sin pagar las tasas correspondientes ya que no tendría licencia.
El almacén es el maletero de su coche
Del mismo modo, haciéndose pasar por profesional y deportista leonesa, desde el maletero de su coche realiza, según varios afectados, ventas de ropa y material deportivo.
Las supuestas ventas las realiza a clientes de distintas instalaciones deportivas de León y alfoz. Por lo que esta mujer de León es conocida por muchos deportistas y personas de la ciudad.
Pero, es especialmente relevante destacar que esta mujer utiliza los parking públicos de instalaciones y centros deportivos como locales y espacios de venta y distribución de su material deportivo. De esta forma intenta que nadie vea que hace una «venta ambulante» «ilegal».
El material que vende lo trasporta en un vehículo, utilizando el maletero y el propio compartimento del coche cómo probador de ropa y almacenaje.
Las redes sociales
Además, en su gran afán y empeño de ser conocida entre la sociedad leonesa de alto standing, posee un gran número de seguidores en diferentes redes sociales a los cuales agrega sin filtros porque lo importante es sumar seguidores y ser conocida.
Por esta razón cuando comenzó a ver que sus «amigos y seguidores» incrementaban considerablemente en Facebook, Twitter, Instagram… decidió lucrarse también de la situación.
Por consiguiente la mujer decide promocionarse en su nueva faceta de presunta falsa autónoma, llevando la laboriosa tarea de publicar y compartir en sus redes sociales anuncios de verdaderos empresarios de León.
Una vez convencidos los empresarios con su agilidad en redes sociales, empieza la trama.
Una estrategia de dudosa ética
La «aspirante a influencer», comparte las publicaciones de los empresarios (tarifas, productos, servicios, anuncios publicitarios, promociones, vídeos demostrativos, novedades…) en sus redes sociales cobrando 50 céntimos por cada » me gusta» o cada vez que se comparte la publicación.
No existen filtros de quien le da al «me gusta», no importa si son las mismas personas, sus amigos o perfiles falsos, la presunta estafadora se aprovecha de la inocencia y el desconocimiento de los empresarios. Estas son personas inocentes que confían en ella por que son inexpertas en las redes y de edad avanzada, por lo que no entienden muy bien cómo funcionan y su alcance.