«El Mobile es para Barcelona una de las mejores semanas turísticas del año, son casi 500 millones de ingresos», afirmó este miércoles el presidente del Gremi d’Hotels de Barcelona, Jordi Mestre.
Una afirmación que pronunciaba horas antes de que se conociera el fatal desenlace de que el Mobile World Congress (MWC) suspendía la edición de 2020 prevista del 24 al 27 de febrero en el recinto ferial de Montjuïc de Barcelona y en el de Gran Via de L’Hospitalet de Llobregat.
Y es que los números que mueve un congreso como el Mobile son de vértigo: en tan solo cuatro días se preveía la asistencia de más de 110.000 personas de 200 países, una cifra que desde su primera edición en 2006 se iba superando y que este año iba a alcanzar un nuevo récord. De estos participantes, 8.000 son altos cargos y el 55% de «alto nivel». Todos ellos debían participar en el congreso, en el que estaban previstos más de 3.000 expositores y 170 organizaciones gubernamentales.
El impacto económico de Mobile está cuantificado en 492 millones de euros, otra cifra récord, y alrededor del congreso se crean 14.100 empleos temporales directos e indirectos que en buena parte se verán frustrados por la anulación del evento. Aunque el personal encargado del montaje ha trabajado hasta última hora en los estands del evento, la cancelación ha frustrado contrataciones temporales de camareros, cocineros, chóferes, azafatos, limpiadores o personal de seguridad privada, entre otros perfiles.
Según explicó durante la presentación del salón el consejero delegado de GSMA, la patronal organizadora del Mobile, John Hoffman, desde que se celebró su primera edición en Barcelona en 2006, el MWC ha generado más de 128.000 puestos de trabajo de este tipo y se preveía que una vez terminase la edición de 2020 hubiera dejado 5.300 millones de euros en la ciudad desde entonces.