La Organización Mundial de la Salud, ya considera el síndrome de burnout o síndrome del trabajador quemado como una enfermedad profesional. La CSIF (Central Sindical Independiente de Funcionarios) ha reclamado al Ministerio de Trabajo y Economía que este síndrome llegue a incorporarse de manera inmediata en el cuadro de enfermedades profesionales.
Alrededor del 43% de los trabajadores españoles, reconoce que alguna vez ha sufrido fatiga o agotamiento en el trabajo, un hecho que se ha incrementado mucho más desde el inicio de la pandemia. Este síndrome se manifiesta a través de un estado de estrés laboral crónico junto con agotamiento mental y físico que se prolonga en el tiempo y que altera la personalidad del trabajador.
El síndrome del trabajador quemado cada vez afecta a más personas
Este síndrome se suele dar sobre todo en los profesionales que tienen grandes responsabilidades o con personas que tienen un alto nivel de interacción con otras personas. Entre los sectores profesionales en los que más se da este caso, suelen ser en la docencia, en seguridad o en sanidad.
Hasta el momento, este síndrome estaba incluido únicamente entre los problemas que dificultaban el control de la vida, pero desde el pasado mes de enero de 2022 ya se clasificó como un problema relacionado con el trabajo, por ese motivo el CSIF reclama al Gobierno que lo incorpore cuanto antes en el cuadro de enfermedades profesionales en nuestro país.
Según Eurofound, la Fundación Europea de Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo, uno de cada cinco trabajadores sufre este síndrome en toda Europa. La pandemia ha agravado esta situación y ha hecho que salgan nuevos casos por el fuerte impacto psicológico que han sufrido muchos trabajadores, debido a eso, los riesgos psicosociales son la asignatura pendiente de nuestra Ley de Prevención de Riesgos Laborales.
Inés Alonso