Las etiquetas medioambientales llegaron como una nueva medida para restringir la circulación de ciertos vehículos en determinadas zonas de las ciudades. En función de una base de parámetros estipulados, se le entrega un distintivo a cada usuario, permitiéndole ir por unas calles u otras.
Ante el problema de movilidad que supone esta prohibición, son muchas las personas que denotan un decrecimiento de la economía en dichos barrios y un gran inconveniente para los propios ciudadanos en su día a día, por lo que una ciudad española se ha vuelto pionera en ser la primera en revocar tal normativa.
A pesar de que en el resto del país la DGT se está volviendo más dura en cuanto al uso de las etiquetas medioambientales, la realidad es que en Gijón han decidido retirarlas, por el momento, como una forma de pacto político que prometía su eliminación, de modo que el centro de la ciudad estará abierto a todo tipo de vehículos por el momento. Asimismo, este cambio todavía está en el aire por las supuestas consecuencias que esto tendría sobre la salud de la población y los niveles de contaminación generados.
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