Las enfermeras y enfermeros han pasado estos dos años, de lo que llevamos de pandemia, del reconocimiento a prácticamente el olvido. O por lo menos es así como se sienten los profesionales de enfermería tras la presión que han tenido que vivir a causa del COVID y a la poca contratación de ayuda. Todo este malestar ha provocado mucha desmotivación y cansancio en una profesión que suele ser vocacional.
Una encuesta que ha realizado el Consejo de Enfermería, en el que han participado 19.300 enfermeras, revela que el 47,3% ha pensado en abandonar la profesión, y además, casi el 63% ha comentado que se jubilaría antes de tiempo aunque supusiera reducir su pensión.
Las enfermeras están agotadas por la pandemia
Esta encuesta ha demostrado como ha afectado gravemente la pandemia a la salud mental de los profesionales sanitarios. De entre todas las personas que han participado, el 46,5% confiesan que han padecido insomnio, dos terceras partes que han padecido episodios graves de ansiedad y un 33% depresión. Como rasgos generales, la COVID ha generado episodios de estrés en el 88,5% de los profesionales y al 58,4% les ha generado temor y miedo. Al parecer, estos problemas se han dado más entre las enfermeras que trabajan en cuidados intensivos, urgencias, atención primaria y sociosanitaria.
Prácticamente, el 98,7% de las personas entrevistadas, no confía en que los políticos vayan a aportar soluciones al cansancio, la sobrecarga del trabajo y al resto de problemas.
➡ La mitad de las enfermeras se plantea abandonar la profesión
— Consejo General de Enfermería (@CGEnfermeria) February 7, 2022
👉 Esta es una de las conclusiones de la macroencuenta que hemos realizado
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Inés Alonso