Japón inicia el vertido del agua radiactiva de Fukushima al Pacífico a pesar de las duras críticas de China
Japón ha dado inicio al proceso de verter más de un millón de toneladas de agua radiactiva tratada del desastre nuclear de Fukushima Daiichi en el océano Pacífico. Este vertido, que se espera que se extienda a lo largo de varias décadas, forma parte del plan gubernamental para desmantelar la central nuclear dañada por el terremoto y tsunami de 2011. La medida ha sido respaldada por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), pero ha provocado una fuerte reacción por parte de China, que lo considera «egoísta e irresponsable».
A pesar del apoyo del OIEA y las afirmaciones de seguridad por parte de Japón, China ha condenado la decisión y anunció que tomará medidas para proteger el medio ambiente marino, la seguridad alimentaria y la salud pública. La industria pesquera japonesa también ha expresado preocupaciones debido al temor de una disminución de ventas y posibles vetos a la exportación de sus productos, ya que algunas regiones, como Fukushima y Tokio, han sido objeto de restricciones por parte de algunos países importadores.
El proceso de vertido se realizará en varias etapas, comenzando con cantidades pequeñas y un control riguroso. La primera descarga consistirá en 7.800 metros cúbicos y se llevará a cabo en un período de 17 días. Según la empresa propietaria de la central, Tokyo Electric Power (Tepco), el proceso completo podría llevar unos 30 años. Mientras Japón sostiene que el vertido es seguro y que los efectos en el medio ambiente y la salud humana son insignificantes, el debate sobre los riesgos y las implicaciones internacionales continúa.