Confusión entre republicanos y demócratas.
No es la primera vez que las denuncias por fraude dominan las elecciones en Estados Unidos. Se pudo ver en las elecciones de 1960 o en las del 2000, donde unas papeletas perforadas, las papeleta mariposa de Florida, fueron motivo de confusión y de revuelo en el recuento final y, hasta decisivo para el ganador de dichas elecciones.
Trump empezó a verse ganador, e incluso se declaró como tal, hasta que su oponente demócrata comenzó a situarse por delante. Son los votos por correo los que están cambiando el resultado final y esto ha llevado a Trump ha hacer declaraciones como esta: «¿De qué va todo esto?«; «¿Cómo es que cada vez que se cuenta la basura del voto por correo sea tan devastador y tan destructivo?»
El recuento desigual de votos debido al número masivo de votos por correo por la pandemia, ha hecho que los pretendientes republicanos sospechen de fraude. La gran mayoría de los votos por correo se han dirigido a los demócratas. Por un lado, el equipo de Biden piensa que si se amplían los plazos para contar los votos puede generar confusión entre la población y sospechas de fraude. Mientras que los republicanos acusan a sus contrarios de privar a los votantes de sus derechos.
Biden, por su parte, señala que «vamos bien« y recalca: «creemos que estamos en camino para ganar estas elecciones.» Trump asegura que llegará a impugnar los resultados de las elecciones y que será la Corte Suprema quien tome la decisión final. Por si las moscas, Joe Biden se ha armado con un equipo de abogados para la posible batalla que se le viene encima.