La Comisión Europea se está replanteando etiquetar las bebidas alcohólicas como cancerígenas para dar un paso hacia un consumo más saludable. Lo que tienen en mente es realizar un etiquetado específico, como se hace con el tabaco, para advertir de las consecuencias que podría traer el consumo excesivo de alcohol en los consumidores y que podría provocar cáncer.
Aunque este documento sería solo una recomendación, al sector de las bebidas no le ha gustado nada esta propuesta. Tienen miedo a que caigan las ventas de sus productos al estar etiquetados con esta información, ya que los consumidores podrían pensar que están bebiendo un producto que podría tener efectos malos para la salud.
La posibilidad de que las bebidas alcohólicas provoquen un efecto secundario como el cáncer es muy baja, y solo llegaría a suceder si lo consumen de manera continua, y si se da ese caso, se produciría en el cuerpo humano cuando la persona tuviera 50 o 60 años.
Pau Roca, el director general de la Organización Internacional de Vino, criticó que la propuesta de la Unión Europea no estuviera basada en datos científicos. Si esta medida saliera adelante, no sería de manera inminente, ya que según los datos que se han dado a conocer, sería como muy pronto a finales de 2023.
El informe que ha hecho el Parlamento Europeo sobre la lucha del cáncer, recuerda que el etanol de las bebidas alcohólicas está considerado como un cancerígeno para los humanos por el IARC, el Centro Internacional de Investigación sobre el Cáncer.
Inés Alonso
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