¿Qué nombre puede ser más interesante para una taberna donde se va a veces a perder la memoria, que «Fatigas del Querer»?
En pleno barrio de las letras de Madrid
Las Fatigas del Querer es una taberna del centro de Madrid en la que se puede disfrutar de la auténtica esencia del sur gracias a su amplia variedad de tapas y raciones de primera calidad. Se trata de un local que está decorado al modo más tradicional y en el que podrás disfrutar de actuaciones de flamenco íntimo y cercano para que te sientas cerquita de Andalucía.
Las raciones que sirven en Las Fatigas del Querer son muy generosas y satisfarán tu apetito con platos tradicionales como chocos, croquetas, tortilla de patatas, huevos rotos y un largo etcétera.
Pero en este caso nosotros decidimos dejarnos llevar, como siempre, por la mano del camarero que nos atienda. Tenemos suerte. Presto llega un chico joven con acento de Madrid que nada más vernos con cara de sed nos pregunta «¿cerveza?», -dos cubos- le respondemos, y allá nos trae dos jarras de medio litro.
La cosa funciona. Y además de acompañárnoslo con una «tapina» de chistorra que estaba mortal de necesidad, nos pone un invento y nos pide que adivinemos lo que es. probamos, le pregunto a mi «partner» que además de madura es excelente cocinera y no le saca el tema. Pues mezcla de gazpacho con salmorejo, algo así como un «gazmorejo», o lo que es lo mismo el puré cordobés con pepino.
-¿Qué comemos?-
Pues nos ha gustado el menú, pero como traemos más sed que hambre, nos apetecen todos los primeros. Y en este punto es cuando se mide si el sitio «mola». Su respuesta: Pues los cuatro os traigo para compartir, dice.
Lo que está preparándose en la cocina son unos gambones de Huelva, un salpicón de marisco (generoso en gambas y gabonés, por cierto), un salmorejo cordobés y un arroz con bogavante. Como para entrar en los segundos con esta presentación.
Allá vienen, nos entra con los gambones a la plancha y yo, que soy un suertudo, no solo he venido a tomarlos sino que además me los van a dar pelados para comerlos. ¡Ya veremos a cambio de qué! Mmmmmmmmmmm. Están que te mueres, ¡una pena que solo vinieran OCHO!!!!!!!!!
Vamos con el salpicón. A la vista, seduce. ¿Y eso cómo es? Pues mucho marisco y poco salpicón. Pero cuidado, que es difícil cogerle ese toque meloso de aceite y vinagre y este salpicón lo tiene. 10 puntos.
Al salmorejo le hicimos trampas, porque si ya estaba bueno, le añadimos un aceite que nos pusieron que le realzaba el sabor, y aunque salmorejo es salmorejo, este estaba de textura genial.
Y vamos con el final, un arroz con bogavante, generoso en todo, en marisco y en sabor. Hirviendo, calentito, un poco pincante y muy meloso.
-¿Café, postre?-
-Nada, no porque no queramos, sino porque no nos entra-, -Que sí chicos, que os entra en el menú-. Vale, pues llegados a este punto, lo de siempre, ponnos lo que tu te comerías si fueras a morir. Y….Tarta de queso de la casa y casera, que no es poco. Y para acompañar, nuestro «caprichín», dos cafés cortados con Baileys.
Y todo por 32 euros. Así es que si vas a Madrid y no te pierdes por esta zona de Huertas, Puerta del Sol y Las Letras, tu te lo pierdes. y si no vas a conocer Las Fatigas del Querer, tú sabrás…
Huertas y el barrio de Las Letras
Arteria principal del Barrio de Las Letras, la calle Huertas tiene grabada en sus adoquines algunos de los versos más célebres de la literatura de los siglos XVI y XVII, en honor a vecinos ilustres como Miguel de Cervantes, Lope de Vega, Francisco de Quevedo o Luis de Góngora. Ese espíritu de barrio lúdico en el que abundaban tabernas y fondas sigue hoy vivo.
El Barrio de Las Letras es una de las mejores zonas de ocio nocturno de la capital, ya sea porque cualquier día de la semana sin excepción es posible encontrar ambiente entre sus calles, como por la diversificada oferta de estilos musicales presentes. El ángulo recto formado por la calle Príncipe y la calle Huertas, con la plaza de Santa Ana entre medias, es donde se concentra la mayor parte de esta oferta.
La noche de este barrio está marcada por la heterogeneidad tanto de estilos, como edades y hábitos de ocio, todos pueden encontrar su lugar preferido. La naturaleza prácticamente peatonal de gran parte de sus vías –Calle Huertas y adyacentes– hacen de la zona un lugar cómodo para salir de noche.
El característico trazado antiguo de calles estrechas y, en ocasiones, un tanto laberínticas del Barrio de Las Letras no resulta un problema a la hora de encontrar el establecimiento deseado, ya que es raro el local que no cuenta con personal de relaciones públicas que informa al viandante de ofertas en primeras consumiciones y tipo de ambiente de los respectivos pubs.
De todo un poco
En esta zona, muy popular entre la comunidad de estudiantes extranjeros e incluso entre rostros conocidos del teatro y la televisión, se pueden encontrar pubs y discotecas de marcado ambiente juvenil, como Mi madre era una groupie. Incluso algunas de estas discotecas abren toda la noche para aquellos que les guste apurar hasta las últimas horas de la madrugada.
Conviven armónicamente otros establecimientos, como Salmón Gurú, donde tomar una copa más reposadamente para comentar la obra de la que se ha disfrutado en el Teatro Español, otro de los puntos fuertes lúdicos aqu, así como Viva Madrid del famoso barman argentino, Diego Cabrera. Y uno de los últimos en llegar, Decadente, ofrece muchas opciones para el animal nocturno que quiera dejarse llevar por sus propuestas: restaurante, coctelería y barra informal.
En la zona también destacan otras coctelerías como es el caso de Lovo Bar, una coctelería emocional donde la artista francesa Joséphine Baker ejerce de musa y cuenta con dos espacios diferenciados para los amantes de la noche y para aquellos que buscan un alto en el camino durante la tarde; el local Belisa con una original carta de cócteles creativos; La Santoría con cócteles de autor; el nuevo cocktail bar Caracortada con Edu García al frente, que rescata cócteles olvidados; y el restaurante-bar mexicano Calle 365 Callejón Secreto cuya carta cuenta con casi una decena de cócteles de inspiración mexicana.
Si quieres recomendaciones más cerca, aquí tienes algunas
Aitalas, en León
La fragua de Fuente Prior, en Burgos