Carlos Alcaraz no pudo contra un Zverev excepcional en los cuartos de final de Roland Garros
El tenista murciano sufrió una dura derrota en los cuartos de final de Roland Garros frente al número 3 del mundo, el alemán Alexander Zverev (3-1) Eran muchos los que daban por hecho que Carlos Alcaraz iba a llegar a las semifinales para enfrentarse a Nadal y tener un duelo épico entre los españoles cómo ya pudimos ver en el Mutua Madrid Open hace apenas un mes, pero por desgracia para los aficionados del tenis, Sascha barrió a Carlos en cuatro sets.
Zverev logró anular a Carlos Alcaraz durante los primeros dos sets ya que, el tenista murciano, buscaba ganar los puntos en dos o tres golpes, destacándose su interés por cerrarlos con «saque y volea» como si de hierba se tratara. Pero en la tierra batida ese juego tan directo no funciona de esa manera y es que, Alcaraz, sufrió de más debido a la cantidad de errores no forzados que cometió en las dos primeras mangas. El hecho de buscar las líneas para apurar al máximo a un Alexander Zverev que estaba pletórico, le hizo fallar más de la cuenta.
A esto hay que añadir que Zverev estuvo espléndido al saque y es que, cuando lograba meter los primeros, era casi imposible restarle y cómo no, su magnífico revés hizo maravillas frente a un Alcaraz que no pudo alcanzar un nivel óptimo hasta la tercera manga. Carlos mostró disconformidad con el resultado en los dos primeros sets ya que, sabía que tendría que escalar una montaña muy alta si quería vencer a Sascha, pero lo intentó hasta el final. Y es que, Carlitos logró llevar el partido al cuarto set y tan solo un tie-break de infarto evitó que Alcaraz forzara una quinta manga que hubiera destrozado mentalmente al tenista alemán.
Esta derrota ha sido un varapalo para Alcaraz ya que, él mismo confirmó antes y después del torneo que con sus 19 años ya se veía capaz de ganar un Grand Slam. Pero por desgracia para él, este gran momento tendrá que esperar y habrá que ver cómo se defiende en hierba y si logra ser un candidato para ganar en el pasto de Wimbledon.
Laura Aller