La Virgen del Carmen, patrona de los marineros, se exhibe este 16 de julio
Como todos los años, se celebran, por todo lo grande, diferentes eventos de alabanza a la patrona de los marineros, la conocida como Virgen del Carmen. Estas celebraciones se dan en muchas zonas de la península, sobre todo en las zonas costeras. Un lugar muy conocido por esta festividad, es la ciudad de Málaga, donde trasladan a la Virgen hasta el agua, que es guiada en procesión por los marineros y pescadores que quieren ser bendecidos. Su origen estipula que aquellos que porten su escapulario, como ella en su mano, estarán exentos de ir al infierno.
Durante este día, se elogia a todas las mujeres con el mismo nombre de la Virgen, es decir, Carmen. A su vez, junto con las procesiones, se cantan alabanzas y oraciones como la siguiente:
Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario, por lo que su Divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo, el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que te pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria y bien de mi alma; que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa.
Quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente y uniendo mi voz con sus afectos, te saludo una y mil veces diciendo: (Tres Avemarías).
Virgen Santísima del Carmen, yo deseo que todos sin excepción, se cobijen bajo tu sombra protectora de tu Santo Escapulario y que todos estén unidos a Ti Madre Mía, por los estrechos y amorosos lazos de ésta tu querida insignia.
¡Oh Hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante su sagrada imagen y concédenos benigna tu amorosa protección. Te encomiendo las necesidades de nuestro Santísimo Padre el Papa y la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos.
Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores, herejes y cismáticos, cómo ofenden a tu Divino Hijo y a tantos infieles cómo gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre Mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Amén.
Marineros y pescadores.