¿Por qué la paloma es el símbolo de la paz?
A lo largo de la historia, ciertos símbolos han tenido un profundo significado en la representación de los ideales y aspiraciones de la humanidad. Uno de esos símbolos que trasciende las culturas y el tiempo es la paloma, a menudo considerada como un poderoso emblema de paz. Actualmente, la imagen de la paloma blanca con una rama de olivo en el pico es un símbolo de paz reconocido internacionalmente y en prácticamente todas las culturas y países. Pero, aunque comenzó a popularizarse tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), su origen y significado es anterior.
El simbolismo de la paloma blanca procede de la tradición judeo-cristiana. En la Biblia, en el Génesis 8:8-12, se narran los acontecimientos del diluvio universal por los que Dios, enfurecido con los humanos y su vida pecadora, decidió inundar el mundo para salvar solo a aquellos que para él lo merecieran. Según el texto, Noé fue avisado y construyó un arca en el que se salvaron su familia y una pareja de cada animal.
Tras 40 días paró de llover, y Noé soltó una paloma para comprobar si había tierra firme y todo había pasado; y la paloma volvió con una rama de olivo en el pico y un mensaje claro: “Dios volvía a estar en paz con los hombres”.
Partiendo de esta simbología, no fue hasta 1949 que se empezó a asociar a la paloma blanca con el símbolo de la paz. Ese año, Pablo Picasso participó en el Congreso Mundial por la Paz que buscaba reunir los fragmentos rotos de la sociedad tras la Segunda Guerra Mundial y diseñó el cartel del congreso con la litografía de una paloma reposando en el suelo y sin nada en el pico.
Su dibujo se hizo muy popular y, al poco tiempo, realizó otro en el que la paloma aparecía volando y que sí transportaba el famoso ramo de olivo. Desde este momento, la representación de esta pequeña ave blanca se fue estableciendo de forma inconsciente como símbolo del deseo de paz en el mundo.