El primer monumento de Europa a los animales abandonados
El primer monumento de Europa a los animales abandonados lo tienes muy cerca de León, para que lo puedas visitar cuando las condiciones sanitarias nos lo permitan.
Concretamente en el paseo marítimo de Moaña, en Pontevedra, que desde hace años cuenta con la estatua de un perro sin raza abrazando a un gato entre sus patas. Esta iniciativa partió de una mujer llamada Lela Soage, que dedicó su vida y su salud a dar un hogar a los animales que no tenían familia, y vagaban por las calles.
Este monumento a los animales abandonados, no tuvo ningún coste para el ayuntamiento, ya que una artista local de Marín, Carmen Grandal (Kika) la talló gratis. Además, la piedra llegó desde una cantera local, para que esta estatua pudiera lucir en el pueblo, y ser el primer lugar en albergar un monumento de estas características.
La historia del perro asturiano más famoso de todos los tiempos
No solo en Galicia cuentan con un símbolo de reconocimiento a los animales, puesto que en Oviedo, puedes visitar la estatua de Rufo, aunque tal vez no le conozcas.
Rufo vivió en Oviedo, entre los 80 y 90, y era un cruce de pastor alemán y mastín, que era parte de la ciudad. Era vagabundo, pero tenía dueño, y este era ni más ni menos que la ciudad de Oviedo, ya que lo alimentaban y protegían todos los ovetenses.
El ayuntamiento vacunaba, bañaba y desparasitaba a Rufo, para después dejarlo libre para disfrutar del cariño que le daban los ovetenses, que lo conocían por donde iba.
En una ocasión, lo llevaron a la perrera municipal, y los ciudadanos de Oviedo salieron a la calle para exigir que Rufo saliera de ese lugar y volviese a pasear por las calles de la ciudad.
No en vano, tiene su propia estatua en la céntrica calle Doctor Casal de la ciudad. Ahora cuando vayas a pasear y lo veas, sabrás el motivo por el que este monumento es tan querido entre los ovetenses, que incluso dejan flores a sus pies.
Rocío Ramos