Medidas de ahorro energético ineficientes
Desde hace ya varios meses, con la guerra de Ucrania y otras crisis internas en el país, se puso de manifiesto la incertidumbre social sobre qué pasaría este invierno con los altos costes del gas y el incremento del precio de la luz. Para ello, el Gobierno planteó unas medidas de ahorro energético con el fin de reducir el consumo nacional. Medidas que se instauraron en verano y que también repercuten en esta estación otoñal, tales como evitar poner la calefacción a altas temperaturas o apagar los escaparates a ciertas horas.
Cada 21 de octubre se celebra el Día Mundial del Ahorro de Energía, un problema que se pretende solventar para que el futuro no haya escasez de energía. A pesar de que muchas marcas ya están concienciadas con este cambio, como MediaMark, quien hoy va a apagar todo el lineal de televisiones de sus tiendas a modo de apoyo, todavía queda mucho por hacer.
Situación actual de las medidas de ahorro energético
Los expertos aseguran que estas medidas de ahorro energético son ineficientes. Explican en diversos estudios sobre el sector, que se debe implantar una ley que regule la demanda y el consumo, y que las opciones planteadas son voluntarias, algo que realmente no funciona a nivel privado, puesto que se debería poner el foco en las grandes empresas. Los grandes figuras políticas tienen el deber de buscar fuentes alternativas y pensar soluciones que no pongan a la sociedad en una obligación moral. Alegan que esta decisión se ha tomando en base a la falta de liderazgo y que prefieren que la culpa recaiga sobre el ciudadano de a pie.
Incluso con las ayudas otorgadas para la instalación de placas solares o aerogeneradores, como otras vías de adquisición de energía no contaminante, la cantidad de personas que las han utilizado es mucho más reducido de lo estimado. Actualmente, en Castilla y león se deben cumplir unos requisitos para pedir estas subvenciones, que en caso de permitirle al usuario su implantación en su vivienda habitual, la cuantía nunca será superior a los 3.000€. La mayoría de empresas de esta índole cobra entre los 4.000 y los 7.000 euros, en función de las dimensiones del hogar, una cifra que todavía muchos no se pueden permitir.