Jesús Calleja (52 años) es uno de los rostros más conocidos de España. Con su melena rubia, sus ojos azules y su sonrisa impertérrita, este leonés se ha colado en gran parte de los hogares de nuestro país. Sin embargo, hasta llegar a donde está el presentador ha tenido un largo recorrido: de ser uno de los mejores peluqueros de León, pasando por ser guía de viajes en Nepal, hasta ser el alpinista más famoso de España.
1. Un pequeño leonés revoltoso.
Jesús nació y se crió junto a sus dos hermanos en León, localidad a la que ha llevado orgulloso a todos los puntos del planeta. Sus padres eran peluqueros y aventureros, inculcándoles valores que, según las propias palabras del montañero en varias ocasiones, le han servido durante toda su vida.
Durante toda su infancia Jesús era un niño revoltoso e hiperactivo que «no paraba de liarla», según sus palabras textuales en un programa de Telecinco. Desde pequeño se notaba su afición por las alturas y la escalada, ya que una de sus grandes pasiones era subirse a los árboles. Sin parar un día quieto, Jesús siempre tenía que estar vigilado.
Cuando bajaba a ras del suelo disfrutaba de largos viajes con sus padres y sus hermanos, sembrando en el pequeño de pelo rubio la pasión por visitar mundo. Con su Simca 1000 con una vaca, su tienda de campaña tamaño familiar y un bajo presupuesto (en la nevera había queso y jamón) los Calleja se lanzaban a la aventura.
Una de las anécdotas más divertidas sobre esta época, y que Jesús siempre recuerda, es que cuando andaba por el pueblo simulaba que todo lo que le rodeaba era una nave espacial: las puertas eran escotillas, las calles eran planetas lejanos e, incluso, un burro que tenían los tres hermanos era un animal extraño con el que hablaba en su propio idioma (ante la extrañeza y sorpresa de su familia).
2. El mejor peluquero de León.
A pesar de que Jesús Calleja tenía claro desde muy pequeño que lo que quería hacer en su vida era viajar y ver mundo, era consciente de que primero necesitaba ganar algo de dinero. Con este objetivo en mente y puesto que ya habían aprendido un oficio en casa, convenció a sus dos hermanos para abrir en León la peluquería Hermanos Calleja.
Jesús, autoexigente en todo, tenía claro que, en lo que trabajase, tenía que ser el mejor, como si era de peluquero (una profesión que no le gustaba). Quería montar una peluquería de diseño, con un estilo moderno donde traer el último grito de la capital a León.
Así, surgió un local que pronto se convertiría en un establecimiento de referencia en la ciudad. Era tanta su maestría con el peine y las tijeras que, a la edad de 23 años, incluso ganó un campeonato de España de peluqueros en Burgos.
Toda la gente joven de León quería ir a Hermanos Calleja a cortarse el pelo, por lo que tuvieron que ampliar el local y llegaron a tener a 11 estilistas en plantilla. ¿El problema? Eso no era lo que quería hacer en su vida. Jesús no se olvidaba de que su sueño era viajar y ver mundo.
3. Comienza la aventura que lo conduce al éxito.
Con ahorros en el bolsillo y muchos sueños en mente, Jesús Calleja por fin comenzó su aventura. Su primer destino fue el Himalaya, territorio del que quedó totalmente prendado. El leonés descubrió que quería ser guía de montaña y Nepal era un destino excelente para ello.
Estuvo en el país 16 años, en los que trabajó como guía con una agencia de viajes y hasta se aventuró entrando en el mundo del taxi cogiendo tres vehículos. Pero, el día a día no era fácil en esta zona, y se gastó todo lo que había conseguido ahorrar tratando de buscarse la vida en Nepal.
Pero su verdadero cambio en la vida le sobrevino tras escalar el Everest, una hazaña que le había prometido a su padre con solo 15 años y que terminó cumpliendo con 40. «A mí me cambió la vida», explicaba el montañero en un programa de televisión, «fue tan brutal ese momento que tuve claro que esa es la vida que quiero, no me vale nada más»
Terminó regresando a España con la idea de hacer algo para televisión relacionado con la escalada y los viajes a distintos puntos del mundo. Llamó a muchas puertas sin demasiada suerte hasta que en Cuatro vieron potencial a su idea.
Jesús iba a hacer algo diferente, nunca hecho hasta ese momento, y aunque no tenía ni idea de televisión (como él propio reconoce en varias ocasiones), en lo que a aventuras se refiere era todo un experto. Para eso, además, contó con la ayuda de un amigo de toda la vida y que actualmente ejerce como cámara: Emilio Valdés (cumplía todos los requisitos, porque cámaras había muchos, pero no alpinistas). Calleja quería que su equipo estuviese formado por algo más que simples trabajadores.
4. Soltero, pero con varios ‘hijos’.
La continua aventura de Jesús Calleja, según sus palabras, le ha impedido poder casarse. Una de las consecuencias de su profesión es viajar nueve meses al año, con el resultado de que en todo su equipo solo ha habido una boda en 10 años.
A pesar de esto, el leonés presume de tener una gran familia. Ademas de sus padres y de su hermano (el otro murió hace años a causa de un cáncer), Jesús adoptó a un niño nepalí, Ganesh, y con él se trajo a otros dos pequeños: la hermana de este, Sundarí Lama, y su mejor amigo, Suresh Shrestha.
La historia entre Ganesh y Jesús Calleja comenzó en Nepal, país al que acude todos los años el montañero. En esta zona es muy habitual que determinados niños terminen en hospicios, donde los pequeños viven en precarias condiciones de vida por la falta de dinero y terminan huyendo o siendo expulsados. Ganesh era uno de ellos, que había forjado amistad con Jesús con el tiempo.
En estas visitas el leonés se percató de la mala situación en la que vivía el nepalí, hasta el punto de que, en uno de estos viajes, descubrió que el joven sufría una tuberculosis que no conseguía superar. Jesús no lo pensó y, tras un gran lío de pasaportes y papeles, se lo trajo a un hospital en España, donde consiguió superar la enfermedad un año después.
Una vez curado, Ganesh no quiso volver a su país. «Empezó a llamarme papá, papá, tú eres mi padre…», relataba el leonés a Bertín Osborne (63) sobre este episodio. Finalmente, decidió adoptarle y le crió como si fuera su propio hijo.
Después de Ganesh vinó Suresh Shrestha, el mejor amigo nepalí del joven, que también vivía en muy malas condiciones en el país asiático, y Sundarí Lama.
5. Gran fortuna en estos años
Con toda esta vida y varios programas de éxito a sus espaldas, Jesús Calleja ha conseguido convertirse en todo un as en los negocios. Tanto, que el año pasado incluso fue galardonado por la Federación Leonesa de Empresarios (Fele) como el empresario leonés de 2017.
Su principal compañía es Zanskar Producciones S.L., que creó en 2009 para la realización de obras y producciones audiovisuales propias y su explotación, además de para la explotación de las obras y producciones audiovisuales realizadas por terceros y de las realizadas en colaboración o colectivamente.
Solo en 2016 consiguió ingresar 3,2 millones de euros a través de esta sociedad, con programas como Planeta Calleja, con diversos personajes conocidos o El running show.
Otro de sus negocios es Himalaya Sol, una empresa fundada en 2006 para la producción de todo tipo de energías renovables y su comercialización, y para la participación en otras sociedades de idéntico o análogo objeto. En 2016, la compañía ingresó una cifra cercana al millón de euros, logrando acumular 3 millones de euros de activo.
Otra de las empresas es Cuota Solar S.L., fundada en 2007 y con unas cifras mucho más modestas que la anterior (en 2016 facturó 60.000 euros) en la que Jesús Calleja figura como administrador único desde abril de 2016.
Un gran conglomerado empresarial con cifras millonarias y una carrera profesional de gran éxito que ha logrado este leonés de melena rubia, que ha tenido claro que, ya sea como peluquero o subiendo una montaña, la clave para triunfar es el esfuerzo y el trabajo duro.
Fuente: El Español.