El Cortijo Jurado, una de las casas más encantadas de España
Este cortijo que se encuentra en Campanillas (Málaga) es probablemente la casa encantada más conocida de toda España. Cuenta con 2.500 m², un patio central, una torre-mirador, establos y, curiosamente, 365 ventanas.
La propiedad fue construida durante la segunda mitad del Siglo XIX (año desconocido). Fue propiedad de la conocida «Oligarquía Alameda», un grupo de familias adineradas del lugar malagueño. En concreto pertenecía a las familias Heredia y Larios. Todo el mundo sabía que la propiedad era parte de los Masones.
Los rumores cuentan como una espesa niebla al nivel de los pies te da la bienvenida a al complejo, con sus oscuras ventanas habitadas por sombras y sus cantos susurrantes. Si reúnes el valor para entrar podrás ver todo tipo de elementos espeluznantes; como marcas de la Guerra Civil, salas de tortura, calabozos y mucho más.
Todo el que se adentra en este lugar cuenta los terroríficos sucesos vividos. Entre los años 1890 y 1920 cinco chicas fueron encontradas sin vida en la orilla de un río cercano. Durante la Guerra Civil este cortijo fue utilizado para fusilamientos y como hospital. En la década de 1970 la propiedad fue adquirida por la familia Vega Jurado, pero esto la llevó a la ruina. En la década de 1990, un grupo de parasicólogos, realizaron unas cacofonías en las que se pueden escuchar gritos de dolor, golpes y latigazos. El joven Julio Vázquez, que quería encontrar un lugar terrorífico de aventuras, quedó en una silla de ruedas tras caer a un pozo de 30 metros.
Muchos aseguran que todo son mentiras, incluyendo las salas de tortura, pero eso es algo que solo los más atrevidos pueden llegar a comprobar.
La Casa de los Bayón
Los sucesos comenzaron una noche de 1915, en un pequeño pueblo de unos 50 habitantes, El Rayán (Asturias). Se le conoce como el posible primer caso mediático en España sobre la presencia un Poltergeist.
En esta noche, el matrimonio formado por Concepción González y Eusebio Bayón, se despertaron por el movimiento agresivo de la cuna de su pequeño. Sorprendidos ante tal hecho, que se repitió por varios días, lo comentaron a sus vecinos. Algún vecino decidió hacer guardia, pero fue inútil debido a que la cuna le dejó postrado en el suelo de la fuerza de sus movimientos.
Tras esa noche todo fue a peor para la familia Bayón. Se empezaron a oír ruidos de cadenas, gritos, golpes y la gente sufría tirones de pelo. Tan fuerte fueron los sucesos que la propia Guardia Civil comenzó a hacer guardia en la puerta del lugar.
Una noche la mujer afirmaba que alguien la llamaba y que debían ir a Camplongo, León, para poder ir a misa y poner velas. Aseguró que si explicaba el motivo, la situación iría a peor. Tal fue su silencio que falleció a los 103 años sin haber dicho nada a nadie.
El Palacio de Linares
Si has pasado por Madrid habrás visto el Palacio de Linares, construido entre 1877 y 1900 en Plaza Cibeles 2. Este lugar es bastante conocido, pero lo que muchos no saben es terrible historia terrorífica.
Los rumores cuentan como un día, el Marqués de Linares, José de Murga y Reloid, se encontraba en un tranquilo paseo cuando se encontró con la hija de una cigarrera del barrio, Raimunda. Esto creó un amor a primera vista entre estos dos jóvenes. Don Mateo de Murga, padre de José, prohibió esta unión al instante y envió a su hijo a Londres.
José no soportó estar lejos de de su amada y regresó a Madrid. Entonces descubrió que era medio hermano de Raimunda. Al fallecer su Mateo, José y Raimunda se unieron en matrimonio. Los mayores rumores aseguran que ambos tuvieron una niña, la cual asesinaron para evitar generar un gran escándalo debido a su parentesco.
La gran duda del público general se genera debido a la versión oficial, la cual asegura que los marqueses nunca tuvieron descendencia, lo cual hace extraño que mandasen construir una casa de muñecas.
Se dice que aún hoy puedes oír los llantos y cantos infantiles de la pequeña asesinada.
La casa Lercaro
En la calle San Agustín de San Cristóbal de La Laguna número 22, en Tenerife, podemos encontrar el Museo de Historia de Tenerife.
Esta propiedad fue de los Lercano, una familia de comerciantes italianos. Cuentan los rumores que el padre de la familia quiso casara a su joven hija, Catalina, con un hombre de buen estatus social, pero mucho mayor que ella. Esto hizo que la joven rechazase el matrimonio por conveniencia de su familia y se lanzase a un pozo de la propiedad, acabando así con su propia vida.
La iglesia decidió que, al ser un suicidio, no le realizarían una sepultura cristiana. Lo cual obligó a la familia a terminar enterrando a su querida hija en su misma propiedad y no en un lugar más digno.
La familia, completamente rota por lo ocurrido, decidió mudarse de la zona. El fantasma de Catalina no quiso marcharse de su hogar y, al realizar la reforma del lugar para convertirlo en el Museo de Historia de Tenerife en 1993, se dedicó a atormentar a todo aquel entrase. Los trabajadores aseguran haber visto como vasos se rompían solos, escuchado pasos en cuartos vacíos e incluso ver a una mujer en las sombras.
Todo apunta a que Catalina no aprobó ni la mudanza de los suyos ni la reforma del lugar y prefiere estar sola en lo que antes solía ser su hogar.