Muchos niños y niñas no quieren ir a la escuela por lo que buscan escusas para convencer a sus padres para que no las lleven.
En el primer intento, la pequeña le muestra el brazo a su madre diciéndola que la duele, mientras que la madre le repite una y otra vez que tome el desayuno para llegar a tiempo al colegio. La pequeña se queja una y otra vez y asegura que le ha picado un bicho.
Cuando la madre le dice que la va a echar una pomada y estará solucionado, la niña comienza a pensar un motivo mayor que le permita quedarse en casa.
Tras mucho pensar, la pequeña le suelta a la madre que está embarazada. La madre se echa a reír ante la afirmación de su hija, ya que sabe que es una excusa para no ir a la escuela.