Para graduarse en el arte de la repostería hay que pasar una reválida. Y es que no siempre es tarea fácil: es el caso de las roscas de baño que se hacen en el pueblo de Villanófar en León. Pero merece la pena porque están deliciosas.
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Para graduarse en el arte de la repostería hay que pasar una reválida. Y es que no siempre es tarea fácil: es el caso de las roscas de baño que se hacen en el pueblo de Villanófar en León. Pero merece la pena porque están deliciosas.