Hace unos días un hombre borracho salió de fiesta con sus amigos y desapareció en un bosque de Turquía. Ante esta situación se habilitó un dispositivo de búsqueda en el que el propio hombre participó, pensando que era para encontrar a otra persona. A continuación narramos los acontecimientos de esta loca historia.
La historia del hombre borracho que desaparece en Turquía
Beyhan Mutlu es el protagonista de esta historia, un hombre de 50 años que participó en una fiesta junto a sus amigos en un bosque de Turquía, cerca de la ciudad de İnegöl, pero bebieron más de la cuenta y la quedada se les fue de las manos. El hombre borracho acabó desapareciendo y como sus amigos no le encontraron, decidieron ir a su casa para comprobar si había llegado. Sin embargo, no dieron con él; de hecho su mujer tampoco sabía nada.
A pesar de que le llamaron varias veces al móvil, no dieron con él. Por eso decidieron acudir a comisaría para poner una denuncia e iniciar un proceso de búsqueda del desaparecido. En él participaron los Servicios de Emergencia y colaboraron vecinos, amigos y familiares.
Beyhan Mutlu decide unirse al equipo de búsqueda
Al poco tiempo, Beyhan Mutlu se encontró con los Servicios de Emergencia y el hombre borracho decidió colaborar en a las tareas de búsqueda sin saber que a quien estaban tratando de localizar era a él mismo. Entonces el equipo comenzó a gritar su nombre y el protagonista de esta historia se dio cuenta de que «él era el desaparecido». Hasta les respondió: «Estoy aquí».
Cuando el hombre borracho se identificó, explicó a las autoridades que se había unido al proceso de búsqueda porque pensaba que estaban buscando a otra persona. Ahora la pregunta es: ¿cómo es que los amigos tampoco se dieron cuenta de que Beyhan Mutlu estaba entre ellos? ¿Irían todos demasiado borrachos? Independientemente de ello, esta historia se quedará como la anécdota del hombre borracho buscándose a sí mismo.
A modo de conclusión, es importante que tengamos cuidado con el alcohol. No debemos excedernos para no ponernos en peligro a nosotros ni a los demás.
Eloy Martínez