Como una flor en primavera, así lucen desde hace varios días unas bragas colgando de unas ramas en un descampado próximo a Renfe. Varios días en el mismo lugar y ahí siguen, perfectas. De encaje y sobrio negro destacan entre los brillantes colores de la primavera.
Una minúscula prenda íntima que a más de uno le ha dado pie a soltar su imaginación. Expuestas, justo a la altura de los ojos, han dado fruto a mil y una historias. Y es que, unos pasan las miran, sonríen y se imaginan… hay quien saca la foto y se lo envía a sus grupos de amigos (por supuesto con la correspondiente especulación).
La historia de las bragas y cómo llegaron allí son hasta el momento un misterio, y posiblemente así siga siendo. Algunos, entre risas, afirman que alguna salió tan rápido que las perdió. Otros echan la culpa al calor y es que, en días tan calurosos como el de ayer, hasta las bragas molestan. Hay quien asegura que tan solo fue un descuido y que las bragas cayeron de regreso del rastro, algo difícil viendo su posición. Incluso aseguran que dos mujeres discutieron tanto que acabaron tirándose las bragas a la cabeza.
Suponemos que la dueña (o quizá el dueño) las haya echado en falta. Puede pasar a recogerlas, están en perfecto estado, esperando que las recojan como una flor en primavera.