¿Cómo comenzó la costumbre de llevar flores al cementerio? Es una pregunta que en algunas ocasiones nos hemos hecho, ya que en estas fechas todos llevamos a cabo este ritual.
El día 1 de Noviembre es el día del año en el que más visitas se realizan a los cementerios de todo el mundo, aunque realmente, el día de los Santos Difuntos es el día 2.
También cada cultura tiene un modo diferente de celebrarlo, según sus costumbres. En Méjico el día de muertos, las personas pasan la noche en el cementerio visitando a sus familiares, y es un motivo de celebración. Les llevan su comida favorita, cantan sus canciones preferidas y se reúne toda la familia alrededor de las sepulturas.
En España, lo tradicional es acudir al campo santo con unos crisantemos, rezar una oración e irnos a nuestra casa después de acudir a misa. Recordamos a nuestros seres queridos con cariño y respeto, pero sin grandes fastos.
Hace muchos años, los cadáveres estaban expuestos ante la gente durante varios días, sin utilizar ninguna técnica de embalsamamiento. Esto suponía que el olor de los difuntos, fuera bastante insoportable, y había que remediarlo de algún modo. Por esto, cubrían los cadáveres con muchas flores, para que ese hedor fuera más soportable.
En la actualidad, llevar flores a nuestros difuntos es un acto de respeto y cariño, y cumplimos con la tradición año tras año, para rendir un pequeño homenaje a los que ya no están con nosotros. Este año tan atípico en todos los sentidos, tendremos que cambiar nuestros hábitos y rendir nuestro particular homenaje en nuestra casa.