El sector del ecommerce sigue creciendo y en los últimos meses ha vivido un pequeño repunte, en el contexto de la dinámica ascendente que lleva años experimentando. Se trata de un modelo en auge y que ha encontrado estrategias de marketing específicas para sostenerse primero y buscar después nuevas vías de crecimiento.
En situaciones de crisis, las tiendas online han sido las únicas que han seguido abiertas y esto ha generado un aumento del volumen de ventas, además de un mayor interés por parte de comerciantes que aún no tenían su portal en la red. Resulta difícil encontrar un negocio que no tenga presencia en Internet, bien sea a través de redes sociales o bien mediante un sitio web. Los grandes avances tecnológicos y de telecomunicaciones a nivel global han generado en la red un mercado extraordinario, que en ocasiones supera a los niveles de distribución de los establecimientos físicos. Los empresarios no pueden permitirse ignorar este espacio y han tratado de entrar en él con diferentes estrategias pero con vías prácticamente similares. Uno de estos canales de venta directa con el cliente a través de la red es la tienda online, un portal que puede servir de complemento para el establecimiento físico o que, en muchos casos, es el único canal de venta de la empresa. En una sociedad global en la que la gente va cada vez más rápido, este tipo de sitios webs permiten aumentar notablemente el público al que dirigirse, además de mejorar el servicio que se ofrece al cliente.
Para entender el éxito de los comercios electrónicos hay que conocer otros factores externos que influyen en las ventas y que, sin ellos, posiblemente las tiendas online no funcionarían. Por un lado, las redes sociales son fundamentales. Una buena parte del público que compra en una tienda online ha accedido a ella a través de otros canales sociales, entre los que Instagram y Facebook se han posicionado como los hegemónicos y donde el protagonismo de WhatsApp a nivel empresarial crece. Estas vías de contacto han generado un público fiel que accede directamente a las cuentas de la empresa para conocer el producto y que compra directamente desde estos perfiles externos. El posicionamiento en Google es otra de las claves que explican el éxito de los ecommerce. Se trata de un trabajo técnico y de contenido que posiciona al sitio web en los buscadores bajo unos criterios concretos. A estos factores se suman otros como el marketing a través de correos electrónicos, la publicidad directa o el trabajo de análisis de datos.
El buen funcionamiento de una tienda online también depende de la estructura interna que ésta dispone. Cada sector es completamente diferente, y entre los negocios de un mismo sector hay diferencias; así que saber adaptarse a las posibilidades de cada uno es fundamental para sostener un comercio en Internet. Una de las técnicas de venta online que más ha crecido ha sido la del dropshipping, una fórmula que consiste en conectar directamente al proovedor con el usuario final, reduciendo así los costes de tiempo y económicos. Es una automatización de los pedidos que permite optimizar cada movimiento para que el negocio sea más rentable para el empresario y mejor para el cliente.