El día 15 de este mes saldrá a la luz una biografía de Robin Williams, escrito por el periodista del New York Times Dave Itzkokk. El libro cuenta con testimonios de familiares y amigos del actor que vivieron en primera persona sus momentos más trágicos.
Durante la grabación de su última película, la segunda parte de «Noche en el museo» en 2014, Robin se derrumbó sobre su amiga Cheri Minns, la maquilladora del rodaje:
ya no sé cómo ser gracioso
En aquel momento sufría de depresión y no sabía como luchar contra su enfermedad. «Lloraba en mis brazos al final de cada día, era horrible«, recuerda Minns.
Robin Williams se suicidó ese mismo año en su casa de California.
la velocidad con la que le vino la comedia es la misma a la que le vinieron los horrores.
«No puedo imaginarme vivir así«. Robin Williams fue diagnosticado incorrectamente de Parkinson, cuando en realidad sufría de demencia, lo que le provocaba terribles temblores, depresión y alucinaciones.
Además de afectar la enfermedad a su cuerpo, también le afectó a su profesión, ya no era capaz de aprenderse los guiones, ya no era capaz de ser gracioso. Williams era consciente de sus problemas de memoria.
Sus problemas de salud y profesionales se juntaron con los personales. Williams se divorció dos veces, lo cual afectó a la relación con sus hijos.
Durante su vida el actor sufrió de inseguridades y de adicciones: alcohol y drogas.
En agosto se cumplirán cuatro años desde que uno de los actores más brillantes de nuestra época terminara de forma trágica con su vida.