Aunque el agua del grifo es la mejor porque está tratada para el consumo y tiene todas las garantías sanitarias, muchas personas prefieren el agua embotellada. Pero ¿sabes cómo elegir el mejor agua embotellada?
Cómo debes leer las etiquetas del agua embotellada
En la legislación está estipulado que en las etiquetas del agua embotellada tiene que aparecer la composición analítica, aunque sin indicar los minerales. Por este motivo, no es fácil tener claro qué agua debemos elegir, puesto que no está claro por completo la composición de cada una.
Pero puedes guiarte con estas especificaciones:
- Bicarbonato: podemos decir que un agua con más de 600 mg/l de este componente, es un agua bicarbonatada.
- Residuo seco: es la cantidad de sal que está presente en el agua. Cuanta menos, mejor, puesto que ayuda con la retención de líquidos.
- Calcio: cuando tenga más de 150 mg/l, lo que no es muy bueno para una persona con problemas de cálculos en los riñones.
- Flúor: cuidado si tienes un bebé, puesto que no es adecuado que les des un agua con exceso de este mineral, incluso hasta después de los 7 años. En exceso no es bueno, y si tiene más de 1,5 mg/l no deberías dársela a tus hijos pequeños.
- Sodio: en caso que debas seguir una dieta pobre en sodio debes vigilar que el contenido esté por debajo de 20 mg/l.
¿ Para qué utilizas el agua embotellada ?
La respuesta puede ser evidente, pero aunque no lo hayas pensado, tiene varios usos.
En los alimentos infantiles, tienes que tener en cuenta que debe tener la etiqueta que la identifica como apta para la preparación de dichos alimentos, es decir, mineralización débil.
El agua del grifo no es recomendable para la preparación de este tipo de alimentos, puesto que los niveles de nitratos pueden ser bastante altos, y es mejor utilizar el agua mineral para los biberones y papillas.
Si estás a dieta, tienes que tener cuenta que la de mineralización débil es buena para los riñones, así como las bajas en sodio, que son buenas para combatir la retención de líquidos.