Un paseo por León, El Tributo de las cien doncellas (segunda parte) es el artículo posterior al de Las Cantaderas, donde relatamos una de las tradiciones leonesas que nuestro viajero ha tenido el privilegio de ver.
Respecto a la presencia del monarca en la citada batalla, existe cierta discusión, tanto por la intervención de Ramiro I, como por la situación geográfica, teoría que ha defendido García de Valdeavellano.
Para Sánchez Albornoz fue Ordoño I y para Lévi Provenzal, un grupo de vascones. Las doncellas parten del ayuntamiento, precedidas con un carro de vacas, con las ofrendas de pan y frutas, seguidas por el ayuntamiento en forma de ciudad y la banda de la misma interpretando el Himno de León.
El Tributo de las Cien doncellas, un hermoso espectáculo
Consta de dos grupos; uno que baila a lo largo del cortejo y otro en el claustro de la catedral ante la Virgen del Foro y la Oferta, danzas que dirige la sotadera. Al llegar al claustro, y gracias a la recuperación de Odón Alonso Ordás, interpretan la cantiga de Alfonso X, Rosa das Rosas.
A continuación se celebra un duelo dialéctico entre un representante del cabildo de la catedral y otro del conjunto de los síndicos del Corregimiento de la Ciudad, con turnos de réplica y contrarréplica – que el público atento, aplaude o censura- respecto a la condición de foro y oferta del acto.
Después, los contendientes ordenan tomar nota con pulso firme a sus escribanos del resultado del diálogo, siempre sin acuerdo, porque ninguno cede en su postura. Finalmente, se celebra la Santa Misa. Esta festividad ha sido recuperada durante el Siglo XX después de 80 años sin realizarse.