Dentro de este municipio, nos encontramos con diferentes zonas que podemos visitar. Por ello, te ofrecemos la posibilidad de seguir la ruta que te proponemos y conocer a fondo Molinaseca.
Para empezar esta visita profunda de Molinaseca, nos encontramos con la primera arteria de la población y que casualmente, coincide con el Camino de Santiago. Comienza en el puente romano y su trayectoria por el pueblo finaliza en el Crucero del Santo Cristo.
Como no, nos encontramos con una de sus iglesias. La conocida «Iglesia de San Nicolás de Bari», una espléndida muestra de arte religioso. Se trata de una villa «majestuosa y señorial». Además, se encuentra tras pasar el puente romano, por lo que tu visita podría abarcar el pequeño recorrido del Camino de Santiago y sin desviarte.
Otro zona que no pasa desapercibida es «El Puente Romano». Por él, se accede a la calle Real y a Molinaseca. Miles de peregrinos pasan durante el año por el camino de Santiago. Se trata de un peste de sillería compuesto por siete bóvedas de luces. Tres de esas luces, pertenecen a un puente más antiguo que a día de hoy, se encuentra semienterrado.
Se comenta que su existencia se remonta al siglo XI de una capilla en este mismo emplazamiento. Se trata de un lugar de devoción y de honda tradición en el Camino.
Según la fundación de la Cofradía de Ntra. Sra de las Angustias (fundada en 1561 y desaparecida en el XX) , ya había gran devoción por la Virgen mucho antes del Santuario actual.
Se encuentra en el suroeste de Molinaseca, justo en la ruta que une la localidad de Molinaseca con la de Riego de Ambrós. Lo definen como «Un puente de patrimonio civil» que fue construido en la época romana para salvar tanto el arroyo pequeño como el arroyo grande (ambos, tributarios del río Meruelo).
Una casa nobiliaria que esta unida a otra más pequeña, mediante el paisaje elevado. Las esquinas están enmarcadas de piedra, tanto en la parte interior como en la exterior y se construye en mampostería de pizarra vista.
Talla de Kannon en árbol vivo, también conocido como «El Buda de Molinaseca».
La visita esencial, tal y como su nombre lo indica es una escultura realizada en un nogal vivo. Representa un buda de manera femenina que se conoce entre los japoneses como «Kannos». Y tiene un significado de lo más simbólico que está ligado a la compasión.
El Crucero del Santo Cristo es el motivo jacobeo que da final a la calle Real. Se levanta sobre un pedestal de forma cuadrada y contiene cuatro escalones de granito.
El motivo de esta parada, sería la columna octogonal tan famosa en la que se presenta un crucifijo pequeño que siempre se encuentra adornado con un ramo de flores.
Este molino es la conmemoración entre la Ruta Jacobea y el camino japonés de Shikoku Henro.
Es el vínculo importante que mantiene la localidad Molinaseca con la ruta jacobea. Es un trabajo acabado en granito y que ha día de hoy está enmarcada en una pequeña zona de jardinería en forma triangular.
Una plaza asfaltada y empedrada que se encuentra rodeada de típicas casas tradicionales. Justo donde se encontraba la antigua audiencia.
El Valle del Meruelo y el principal motivo por el que se visitará este verano, es la entrada natural del Camino de Santiago en el Bierzo. Es especialmente profundo y se sitúa entre «Riego de Ambrós y Molinaseca». Es por eso que se abre al entrar en Molinaseca, discurriendo abajo el puente medieval de siete arcos.
Ane Garrido
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