Un paseo por León, La Catedral (Segunda Parte)… es la continuación de nuestros artículos anteriores, en los que un viajero que viene a nuestra ciudad hace un recorrido por su historia.
En esta situación permaneció el edificio hasta mediados del siglo XIX, y ante el peligro de ruina, se decidió llamar al desdichado arquitecto Matías Laviña, quien al retirar lo efectuado por Churriguera provocó el temido hundimiento de la cúpula, lo cual afectó seriamente al edificio.
Pese a este primer intento, la nefasta contumacia de este arquitecto estuvo a punto de desbaratar y arruinar por completo las bóvedas del edificio, y a su muerte le sucedió Juan Madrazo, y ello no sólo para bien de la catedral, sino para su salvación.
Su obra consistió en cimbrear el edificio para así rehacer la ruina y dar solidez al templo en sus puntos más débiles. A Madrazo, le sucedió Demetrio de los Ríos, el cual siguió los esquemas planteados por Madrazo, y su labor, un tanto ímproba, consistió en la fabricación de bóvedas y en la sustitución de sillares deteriorados por piedra nueva.
Su sucesor fue Juan Bautista Lázaro, quien comenzó la restauración de vidrieras, labor muy delicada y llevada con buen criterio; sus colaboradores fueron bolinaga, Alberto González y Merille.
Portadas de la Catedral de León
Presenta la catedral tres fachadas, cubiertas por completo con escultura gótica. Es el conjunto escultórico de este estilo más importante de España, si bien en la actualidad se halla muy deteriorado debido a las condiciones meteorológicas y otros agentes que atacan a la piedra.
En el próximo artículo pondremos atención a la fachada occidental, fachada sur y fachada norte para seguir conociendo a fondo los secretos de la Pulchra Leonina, tesoro de todos los leoneses.