Mario Vaquerizo es uno de esos personajes, amado y odiado, que levanta pasiones. Su relación con Alaska le ha dado popularidad, pero lo cierto es que el madrileño se ha «trabajado» su hueco en el mundo del entretenimiento. Antes era el «marido de» y ahora ya es «Mario Vaquerizo» con nombre propio. A la brillante vida de Mario Vaquerizo le precede un oscuro pasado no exento de problemas.
Sufrió bullying en el colegio. Su «ser muy hombre pero con amaneramiento» le pasó factura en sus tiempos jóvenes. Le llegaron a tirar incluso piedras porque era más de la SuperPop que de jugar al fútbol. Ya de pequeño le gustaba pintarse el ojo y ponerse tacones, a pesar de que su madre se lo desaconsejaba. Hay que señalar que Mario Vaquerizo afirma que su madre en aquel entonces pensaba que era lo mejor para él.
A Mario Vaquerizo le lanzaron piedras
Hace unos días Vaquerizo celebró un triste aniversario. La muerte de su hermano. El 8 de agosto de hace 16 años perdió a su hermano mayor, Ángel Vaquerizo que falleció con 32 años, que fue arrollado por una ambulancia mientras conducía su moto. Por esta pérdida, Mario estuvo años sin sonreír.
Otra pérdida, la de la verdadera Nancy Rubia fue otro palo para el artista. El 23 de noviembre de 2008 Jesús Galindo, con el mote de Susi Pop, la verdadera Nancy Rubia como se hacía llamar dentro de la formación musical liderada por Vaquerizo se arrojó al vacío en el viaducto de la calle Bailén de la capital madrileña. Un golpe durísimo para Vaquerizo.
A pesar de todo, Vaquerizo continúa manteniendo la sonrisa y el buen humor.