Melinda Moreno es una mujer Cubana de 50 años que vive en Palma de Mallorca, desde hace años la mujer ha desarrollado un odio hacia los curas que le ha llevado a acumular 4 ordenes de alejamiento.
Desde que llegó a la isla esta mujer reúne 35 denuncias y más de 10 detenciones durante los últimos años por increpar y atacar los curas, también ha sido detenida en múltiples ocasiones
El pasado 27 de diciembre Melinda golpeó al rector de la iglesia de Sant Miquel gritándole: “A ti te voy a crucificar. Vas a ir con Dios”, horas más tarde volvió para atacar, esta vez, al sacristán de esa misma iglesia y antes de ser detenida ya avisó que volvería a atacar de nuevo, durante el mes de noviembre hizo cuatro ataques violentos contra religiosos
Entres sus apariciones está el haber sido capaz de entrar de sopetón en el Palacio Episcopal para insultar al obispo y justifica sus acciones diciendo que obra de esta manera para “poner orden” en los espacios sagrados.
El domingo 16 de enero rompió la orden judicial por la cual estaba obligada a permanecer a más de 200 metros de la iglesia de Snat Sebastià. La mujer fue descubierta por los agentes de la Policía dentro de un edificio de la avenida Argentina, los vecinos explicaron que no era la primera vez que provocaba altercados.
La Sección Segunda de la Audiencia de Palma, ordenó en febrero que ingresara en prisión por sus repetidos ataques a sacerdotes, alegando que la mujer tenía una «fijación enfermiza» por todo lo que rodease a la iglesia católica, según se cuenta en la Diócesis su obsesión empezó en el año 2017 cuando empezó a insultar, atacar, perseguir e increpar a los distintos sacerdotes de las iglesias.
Cuentan que entraba en las misas gritando, rompía los carteles de las campañas religiosas de los templos, amenazaba a los feligreses, insultaba…
Según alega el médico forense, tras examinarla, llegó a la conclusión de que sufría un trastorno delirante crónico. Ya que habla de manera muy rápida, tiene verborrea agresiva, le da igual lo que le digan las personas que la rodean. No razona. Dictaminó que Merlinda no tiene capacidad para comprender el alcance de sus actos y que no sabe por qué la detienen o la investigan.
Entre los párrocos hay disparidad de opiniones, unos quieren que se la ingrese para que se pueda recuperar y otros esperan que el asunto “se trate el tema como un delito contra los sentimientos religiosos y lesiones”.
Melinda ingresó en prisión el pasado 9 de febrero, unos días antes, tras recibir el alta de la Unidad de Psiquiatría del Son Espases, Merlinda se coló en una iglesia, a pesar de tener una orden judicial que se lo impedía, soliviantó a los feligreses haciendo referencias al demonio, agredió al sacerdote, se bajó el pantalón y orinó sobre el felpudo de la sacristía.