Marta López, la pareja del colaborador de Telecinco Kiko Matamoros, vende su ropa en un portal de segunda mano para sacarse un dinero extra. Imagínate la cantidad de ropa que puede ganar gracias a su profesión de influencer, que ha anunciado más de 640 prendas. Además, ella misma se encarga de recordar a sus más de 230.000 seguidores que aún hay prendas disponibles para ellos. Aunque no está al alcance de todos los cuerpos, lucir esas prendas tan ajustadas y de tallas mínimas. A la vista está que Marta López cuida su figura, puesto que es su forma de ingresar dinero para llevar el nivel de vida al que ella y su pareja están acostumbrados.
Las personas que adquieren estas prendas, en lo que menos piensan es en cómo han llegado al armario de las modelos. Y desde luego, que no todo el mundo está conforme con este tipo de iniciativa. Aunque, por parte de las influencer, dan todo tipo de facilidades a sus seguidores. Además, la mayor parte de las prendas se las ha puesto una sola vez, o están incluso sin estrenar, con las etiquetas puestas, con lo que ya no serían ni de segunda mano. También insiste en el descuento tan grande que tienen sus prendas, que en algunas ocasiones llega a un 80 por ciento. Y desde luego que podría venderlas mucho más caras, aprovechando su tirón mediático.
La ropa de segunda mano, para todos los bolsillos
Pero claro está, que el pedazo más grande del pastel es para las marcas de moda. Puesto que con las influencers promocionando su ropa, consiguen un mayor número de ventas, y promoción de su marca. Así, cada vez más firmas reconocidas recurren a este tipo de publicidad que les ofrecen estas reinas de Instagram. Y lo hacen de dos formas concretas: pueden regalarles la ropa para que se la pongan y hagan publicidad. O bien, les abonan una cantidad de dinero por compartir sus fotografías luciendo estas prendas de ropa.
Por lo tanto, estas mujeres, ven cómo crece su armario de una forma exagerada, y tratan de sacar un dinero extra. Y qué duda cabe, que hacen felices a muchas mujeres, que no podrían lucir ese vestuario, si no es comprando la ropa de segunda mano.