El exfutbolista cree que «se está sobrepasando un límite» y desmiente los rumores de montaje en su ruptura con Tamara Gorro
El pasado sábado Tamara Gorro anunciaba que retomaba su relación con el exfutbolista Ezequiel Garay. Lo hacía a través de una foto de la pareja publicada en la cuenta de Instagram de la influencer en la que escribí «mejor juntos». La noticia llega tan solo seis meses más tarde de que, también por medio de las redes sociales, se anunciara que la pareja se iba a tomar un descanso de la relación.
Tras este bonito anuncio, una persona cercana a Ezequiel Garay encendió la llama en ‘Sálvame’ confesando que el argentino y su mujer no habían roto «nunca». La fuente aseguraba que «los he visto juntos, no entiendo este teatro, he coincidido con ellos muchas veces, la relación ha sido tan normal. Lo que he visto son gestos cómplices de una pareja normal».
Todo este revuelo ha provocado la reacción de Garay, que no ha tardado en dar respuesta a todas las acusaciones por medio de un comunicado vía Instagram. «Creo que todo tiene un límite y se está sobrepasando. Cuando mi mujer y yo nos separamos recibía miles de mensajes de pena, tristeza y apoyo. Hoy estamos juntos de nuevo y se está diciendo que TODO era una mentira y nadie se alegra» comenzaba el argentino.
Ezequiel Garay lamenta que «prevalezca lo mano sobre lo bueno» y pide dar «ejemplo a las nuevas generaciones». «Tuve que aguantar como se especulaba sobre mí y mi separación con mentiras. Dando voz a personas que inventan todo para hacer daño. Que triste…» se sinceraba el ex del Real Madrid.
La enfermedad de Tamara Gorro
Además, el marido de la influencer ha hablado sin tapujos de la depresión que lleva un tiempo sufriendo su mujer. «¿Tiene que suicidarse como por desgracia en otros casos, para que se sepa que es verdad? ¿Qué narices está pasando en este mundo?. Ojalá fuese una mentira porque no le deseo a nadie lo que ella está viviendo desde hace años» confesaba.
Ezequiel finaliza el comunicado diciendo que respeta «el trabajo y la opinión de cada uno, pero la mentira no».