Eligiendo Villalar… Con su decisión, quienes crearon esta vasta comunidad autónoma, perdieron la oportunidad de reconocer la importancia histórica de León. En su lugar, decidieron ocultar esta y ensalzar una derrota que no tuvo ninguna consecuencia histórica en ninguno de los reinos que conforman esta comunidad, ni en España, y tergiversando su significado solo puede augurar otra derrota: la de los que quieren acallar y hundir los logros históricos leoneses.
¿Y qué hecho histórico, acaecido en este solar, podría servir de base para una consideración festiva? Desde luego, una derrota no parece lo más adecuado; por lo que habría que mirar hacia victorias, éxitos, logros. Y hay un hecho que destaca sobremanera, y que, por conocido, hace que su postergación para ser recordado anualmente no haya sido casual. Me estoy refiriendo, claro, a la celebración en León, en 1188,de las primeras cortes democráticas de la Historia. Y decimos democráticas porque fueron las primeras cortes en las que participaron representantes de las ciudades del reino, además de participar, como hasta entonces lo hacían exclusivamente, representantes de la nobleza y del clero.
Además, en esas cortes se aprobaron una serie de decretos (“Decreta”, en latín), que constituyen lo que bien podría denominarse la primera constitución democrática de la Historia, pues se trata de una serie de normas de muy variado tipo que, en un número importante, estaban destinadas a limitar el poder del rey (por ejemplo, para acordar la guerra tenía que pedir permiso a las cortes), de los señores feudales, impidiéndoles la entrada en la vivienda de sus siervos sin el permiso de estos (actual derecho a la inviolabilidad del domicilio), y creando una protección jurídica a todos los súbditos para que nadie pudiera ser condenado sin un juicio justo.
Semejante acontecimiento, de trascendencia hispana, europea y mundial bien merecía un reconocimiento festivo anual, que, además, coincidiría en el calendario con la festividad elegida, pues las cortes de 1188 se celebraron en primavera; probablemente en abril; y no duraban una sesión, como en la actualidad, sino que bien pudieron emplear un mes completo, por lo que se podía escoger un día de finales de abril (para que no hubiera riesgo de coincidir con la Semana Santa) para su efeméride.
Sin embargo, hete aquí el problema, las cortes de León de 1188 fueron un acontecimiento exclusivo del reino de León, que empezaba a ser dirigido por Alfonso IX, no del de Castilla, regido por su primo Alfonso VIII, quienes se pasaron la vida guerreando entre sí. No eran cortes castellanas, ni “castellanoleonesas” ni “castellanas y leonesas”; fueron cortes leonesas, referidas al reino de León y con efectos para el reino de León.
Reconocer como fiesta de la comunidad autónoma de nueva creación un hecho exclusivo del reino de León, no entraba dentro de lo pretendido por los rectores autonómicos, a pesar de que la luz de aquellas cortes alumbrara a todo occidente, y su importancia haya sido reconocida incluso por la UNESCO.
Con su decisión, quienes crearon esta vasta comunidad autónoma, perdieron la oportunidad de reconocer la importancia histórica de León. En su lugar, decidieron ocultar esta y ensalzar una derrota que no tuvo ninguna consecuencia histórica en ninguno de los reinos que conforman esta comunidad, ni en España, y tergiversando su significado solo puede augurar otra derrota: la de los que quieren acallar y hundir los logros históricos leoneses.
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