La Junta de Castilla y León argumenta que la pérdida del foniatra en el Complejo Asistencial de Salamanca, tras llevar más de 30 años en esa unidad, ha sido por una cuestión administrativa vinculada al concurso de traslados que se está efectuando en la actualidad.
Durante las últimas tres décadas, ese médico ha ocupado una plaza vinculada al servicio de Urgencias, de un especialista en Medicina de Familia, pero su plaza ha sido solicitada en este concurso, y al ser interino, será cesado de su actividad, y dejará de atender a los pacientes si no cambia esta situación.
Desde la administración regional apuntan que la Foniatría no existe como especialidad, «es un trabajo de logopedas, neurólogos, pediatras y otorrinos», y como defendían estas mismas fuentes, «la Foniatría nunca ha recibido un reconocimiento de su especialidad». De este modo, desde el hospital consideran que los otorrinos, pediatras, neurólogos y logopedas están capacitados para atender los casos que se presentan todos los días.
Pero la realidad es que la Unidad de Foniatría y Logopedia lleva funcionando en Salamanca desde que se abrió el Clínico Universitario, en 1975, y que se convirtió en referencia nacional tras el impulso de Jesús Málaga, sobre todo, de los implantes cocleares, de los que fueron pioneros en España y hasta donde llegaban personas de diferentes puntos del país. Pero coincidiendo con la crisis económica, de tres foniatras pasó a uno, el doctor Joseba Gorospe, y fueron desapareciendo otras figuras de la unidad, como la psicóloga del lenguaje, y de 10 logopedas que han llegado a tener, en la actualidad quedan cuatro, y uno de ellos pasa consulta en Béjar.
La Asociación de Padres de Niños Sordos (ASPAS) lamenta la situación de la unidad
Ante esta nueva situación, el impulsor de esta unidad, Jesús Málaga, cree que es una maniobra «maquiavélica», y ya hace tiempo solicitó al presidente de la Junta de Castilla y León «que tomara cartas en el asunto, pero no han hecho nada». Además, cree que con este paso, Salamanca pierde todo el referente que tenía en relación a la patología del lenguaje, «que era la más importante de España, más que Madrid y Barcelona», y tenían la titulación de Logopedia, de Foniatría y de Psicología del Lenguaje, «y también éramos el referente para la formación del habla, la voz y la audición».
Málaga cree que ahora, «todo el esfuerzo de toda una vida de mucha gente se ha ido al garete«, y ha sido clave durante mucho tiempo en España, añade. El foniatra Joseba Gorospe, que también es el presidente de la Sociedad Española de Foniatría, lleva 31 años al frente de esta Unidad del hospital, tras recibir la formación oportuna en la Universidad de Salamanca. Tras conocer que su plaza se perdía, este foniatra recuerda que llevan años luchando para que se reconozco la especialidad o el área de capacitación, «pero en España apenas se han revisado las especialidades desde el año 1985». Gorospe asegura que ha estado a punto de crearse en muchas ocasiones, «pero finalmente nunca se ha creado», y de este modo, todos los foniatras que trabajan en España lo hacen de una forma «insegura», aunque sí se contemplan en la cartera de servicios de los hospitales (como el de Salamanca, que se pude ver en la página web como unidad dentro del servicio de Otorrino) y, como apunta este médico, «también nos incluyen en programas regionales de prevención, como la detección precoz de la hipoacusia«, o de los implantes cocleares, detalla. La única diferencia es que en su caso, la administración no puede crear plazas específicas para ellos.
El doctor Joseba Gorospe relata que en otras comunidades están contratando a rehabilitadores físicos para hacer la función de los foniatras, pero no tienen la misma especialización en la patología del lenguaje. Hasta tres sociedades científicas han respaldado la demanda de los foniatras para conseguir ser reconocidos como especialidad, «pero no lo han hecho nunca». En este sentido, la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, del Instituto de Salud Carlos III, defiende que las unidades de foniatría y logopedia tienen que actuar en el tratamiento del implante coclear, según confirma este foniatra. Él no entiende por qué no lo han regulado aún, y después de que el Congreso aprobase en dos ocasiones «el área de capacitación de foniatría», y como precisó, «por unanimidad».
Este médico cree que se trata de una dejación irresponsable, y que ponen en peligro la calidad asistencial actual, «un problema que solo pasa en España, porque en el resto de Europa hay programas específicos con foniatras». El doctor Gorospe ha asistido a decenas de reuniones con responsables regionales y nacionales para defender la Foniatría, «y siempre parecía que estábamos cerca, pero nunca se ha resuelto». Asimismo, asegura que cuando se fundó la Escuela de Foniatría en Salamanca, a través de la Universidad de Salamanca y el Insalud, «nos dijeron que iba a ser el gérmen de la especialidad en España, pero fue un error haber confiado en el Ministerio, nos han dejado en la estacada, y también a nuestros pacientes».
Por otra parte, este médico defiende la importancia del trabajo en equipo que se ha realizado hasta ahora, con muchos menos recursos, pero con las mismas intenciones de dar la mayor calidad a cada paciente que para por estos profesionales: «Ahora quieren destruir la unidad y disgregarla, pero para los implantes cocleares, por ejemplo, son necesarios equipos multidisciplinares». Ellos habían conseguido regenerarse pese a los «varapalos» de reducción de personal de los últimos años. Gorospe defiende que el equipo que había formado se complementaba «muy bien».
El responsable del servicio de Otorrinolaringología en el Hospital de Salamanca, Ángel Muñoz, afirma que el problema es complicado «e injusto para un profesional que lleva 31 años desarrollando esta función como interino», y desde su servicio si han intentado que se mantenga esta plaza de foniatra, «pero se trata de algo administrativo», y en la actualidad, el doctor Gorospe está formando a una otorrino para que realice sus funciones, y mantiene contrato hasta el 15 de noviembre, aunque se está estudiando poder prorrogarlo algo más.
El doctor Muñoz confía en que exista alguna posibilidad de arreglar esta situación, «de una persona que ha hecho un trabajo eficiente y bueno». Desde la Asociación de Padres de Niños Sordos de Salamanca (ASPAS) también denunciaban ayer la posible desaparición de esta unidad, «cuando es clave en la atención de nuestros hijos cuando les hacen un implante coclear».