El juicio por la caza ilegal de un lobo sigue adelante.
Tras 2 jornadas intensas con declaraciones contradictorias de testigos, peritajes irrefutables de Guardia Civil y Seprona y un eco mediático que denota lo relevante de este juicio, no podemos decir aún “visto para sentencia” ya que sigue pendiente una testifical que nos deja expectantes hasta la semana próxima.
Cabe destacar que la Fiscalía de medio ambiente, que en 2017 pidió el archivo de la causa y decidió no acusar pese a que la propia Junta de CyL se personó en el procedimiento, se ha tomado la molestia, en vez de buscar el esclarecimiento de los hechos denunciados, ha buscado generar dudas con las declaraciones de los testigos. También es grave que los celadores de medio ambiente, obligados a vigilar el ejercicio de la caza conforme a la legislación, dieran el visto bueno a esa montería pese a conocer que era territorio lobero de un grupo familiar estable y no informaron a sus superiores de la presencia del cánido que habría tenido que declarar la zona como reserva de fauna.
La caza ilegal y furtiva de lobos en nuestro país es una realidad por todos conocida pero que no se refleja en datos por un desinterés de las administraciones en investigarlo y perseguirlo.
Desde las organizaciones ecologistas que lideramos esta causa: Anadel, Lobo Marley y Ecologistas en Acción, esperamos que la sentencia sea justa pero ejemplar y que por fin suponga un antes y un después en la persecución y castigo en la caza ilegal del Canis lupus, sentando precedente ante futuras causas.
Una caza ilegal al sur del Río Duero donde la especie está estrictamente protegida por Directiva Hábitats y una caza “legal» ciertamente cuestionable en el resto del estado por tratarse de una especie protegida por Convenio de Berna y por haberse demostrado que la caza perjudica los intereses de agricultores y ganaderos lejos de beneficiarlos. En la comunidad de Castilla y León los ataques del lobo al ganado han disminuido un 12,2% el último año tras haberse prohibido la caza del lobo en toda la comunidad. Los datos son indiscutibles y refuerzan lo que ya nos ha dicho la ciencia, respetar al lobo, respetar su labor como predador apical y especie clave de los ecosistemas, no sólo no perjudica sino que beneficia, por su labor saneadora, al trabajador del campo.
La persecución cinegética que sufre el lobo, sumado a envenenamientos, atropellos, destrucción de sus hábitats y enfermedades, están llevando a la especie en nuestro país a una situación límite que pone en serio riesgo su supervivencia.
Por todo esto, el Sr. Suárez-Quiñones, Consejero de Medio Ambiente, como responsable del mal estado de conservación del cánido en CyL, y que acumula ya incontables sentencias judiciales en su contra (a pesar de que al juez en excedencia no le parezcan relevantes), debería dimitir inmediatamente del cargo público que ocupa y debería dejar de cobrar el sueldo público que no merece.