Un tributo humano es el oscuro origen
Las Cantaderas es una de las celebraciones más hermosas y vistosas de las fiestas de San Froilán de León. Sin embargo, esta curiosa fiesta tiene un oscuro origen que se remonta a una Batalla de Clavijo y la liberación del legendario ‘Tributo de las 100 doncellas’. Con esta victoria cristiana, los reyes asturleoneses recuperaron el doloroso pago que debían hacer a los califas musulmanes: 100 hermosas doncellas.
La ceremonia se celebra cada año el domingo antes a la fiesta de San Froilán (5 de octubre). Las jóvenes bailan al ritmo marcado por la ‘sotadera’, una mujer mora que debía instruirlas en las costumbres musulmanas y convencerlas de su futura felicidad en las tierras del Califato. La comitiva avanza desde la plaza de San Marcelo hasta la Catedral, justo detrás la corporación municipal que es la encargada de hacer la ofrenda a la Virgen.
Es en definitiva, el homenaje del Pueblo de León a la Virgen de la Asunción, titular de la Catedral por liberar al Reino de tener que enviar las 100 doncellas leonesas a los harenes cordobeses.
En la actualidad es una vistosa celebración que llena de alegría el entorno de la Catedral pero detrás hay un oscuro origen: el pago con mujeres al Califato de Córdoba.