Los sanitarios aconsejan no superar esta temperatura máxima
La exposición prolongada al sol o la estancia en un lugar donde hace mucho calor, puede ser perjudicial para el cuerpo del ser humano, el cual mantiene una media que se sitúa alrededor de los 36 o 37 grados Celsius, dependiendo del lugar donde se mida, ya sea en la axila, la boca o la frente. Si bien esta temperatura puede aumentar cuando la persona presenta alguna enfermedad, esta condición es conocida como fiebre y se trata con medicamentos. Sin embargo, en verano el cuerpo puede acumular calor de forma natural sin tener ninguna patología, y a pesar de que es un proceso común, hay que tener en cuenta que es mejor no superar una temperatura máxima determinada o podría pasar factura.
Diversos estudios médicos exponen que la temperatura máxima que puede alcanzar un adulto sano no debería superar los 43ªC, puesto que a partir de esa cifra el organismo deja de funcionar y se producirían varios fallos en los órganos vitales, suponiendo algo letal.
Cabe destacar que cada persona es diferente y aguanta un nivel específico de calor, aunque si se le suman situaciones de deshidratación u otros problemas, esta resistencia baja drásticamente, de modo que aconsejan no sobrepasar los propios límites que indica el cuerpo.