La montaña leonesa tiene maravillosos parajes y uno de ellos es el lago de Isoba entre Puebla de Lillo y la pequeña localidad de Isoba. Este lago está localizado a 1.120 metros de altitud y en invierno es habitual verlo congelado. Cuando llega la primavera la zona es un auténtico vergel de flores en el que los conciertos los dan las ranas.
El lago se ve desde la propia carretera LE-332 donde hay un amplio aparcamiento donde poder dejar el vehículo. Desde el propio aparcamiento podemos admirar la hermosura de este lago glaciar y junto a él un chozo de pastor.
En este punto comienza una senda hasta Cofiñal (donde podremos descubrir una de las cascadas más hermosas de la provincia). La ruta transcurre por el valle de Entrevados. Un entorno de una belleza inigualable que en primavera explosiona en colores y olores. Un auténtico paraíso en el que se suceden pozas y saltos de agua.
Lago, riachuelos, charcas y saltos de agua
En el recorrido destaca el Pozo de La Leña y la cascada de Los Forfogones (al final de la senda junto a la LE-333).
La ruta de Entrevados puede ser líneal con final en Cofiñal con algo más de 6 kilómetros o circular con un total de 12,5 kilómetros. Una propuesta en la que se puede contar incluso con la visión de corzos, ciervos y otros animales de las montañas.