La isla de La Palma intenta, poco a poco, a recuperar su vida tras la erupción del volcán. Para ello, uno de los principales objetivos es la recuperación de la infraestructura viaria de la isla. Lenta, pero segura, avanzan las obras de reconstrucción de carreteras atravesando coladas del volcán de Cumbre Vieja.
Se trata de un trabajo titánico que pone a prueba la ingeniería.
El magma sepultó más de 73 kilómetros de carreteras, de una red que fundamentalmente unían el oeste con el sur de la isla. Desde que el volcán silenciara su furor han sido varias las pistas (en algunos casos es difícil llamarlas carreteras) a través de las coladas que permiten a los vecinos acceder a sus propiedades.
El volcán Cumbre Vieja dejó imágenes impactantes que sobrecogieron a todo el mundo. No menos impresionantes son las de las carreteras que comienzan a serpentear entre las coladas. Es la lucha de la ingeniería humana contra la fiereza del volcán.