Según las fuentes facilitadas a este medio, el que es el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, incumple sus propias normas en cuanto a las medidas de restricción, y decide irse de farra, con nada más y nada menos, que diez compañeros del partido político de Ciudadanos.
Las normas que ni Igea cumple
Durante la tarde de ayer, tal y como aseguran testigos a este medio, Francisco Igea decidió que era una genial idea saltarse sus propias normas. Por lo que tanto él como diez compañeros más, de Ciudadanos, decidieron ir a una «terracita» a primera hora de la tarde.
Algunos piensan que, este acto tan criticable, podría ser provocado a que querían «ahogar sus penas en alcohol» . Todo debido a la moción de censura sufrida en la comunidad de Castilla y León. Motivo más que suficiente y justificable para que el buen Señor Francisco Igea, decida orearse con sus compañeros.
Entre los que se encontraban altos cargos como: Carlota Amigo, la que es Consejera de Empleo, David Martín Viceconsejero de Empleo, Fernando Navarro el viceconsejero de Transparencia (¿El contenido de su copa también sería transparente?). Allí también se encontraba Carlos Aguilar, el que es director de Acción Exterior, entre otros.
Les llaman la atención
Durante la reunión que estaban teniendo, un camarero del local donde se encontraban, decidió llamarles la atención. Ya que Francisco Igea estaba incumpliendo sus propias normas y estaba de farra con sus diez compañeros de Ciudadanos.
Aunque el propio Igea no recuerde sus propias normas, el camarero si lo hizo, por lo que les pidió amablemente que separaran las mesas y se sentaran un máximo de 6 personas en cada una de ellas. Según los testigos que allí se encontraban esto no fue algo que gustara a Igea y a sus acompañantes. Los cuáles decidieron levantarse e irse «con una rabieta como si la de un niño pequeño se tratase«.
El partido político de Ciudadanos ha rechazado la moción de censura que presentó el PSOE. Los motivos que han dado es que lo consideran irresponsable, inoportuna y contraproducente. Los mismo adjetivos que podríamos atribuir al comportamiento de sus 10 altos cargos, tras su escapada con Francisco Igea.
Amanda Arroyo