Lo de comer las uvas el día de nochevieja es una tradición a la que muy pocos renunciamos, aunque realmente no sabemos el motivo real por el que lo hacemos.
Varias versiones para explicar esta costumbre
La primera, y tal vez la más extendida, dice que en el año 1882 la burguesía acostumbraba a beber Champán y comer uvas después de celebrar una fastuosa cena de nochevieja.
De este modo, un grupo de madrileños que no tenía poder adquisitivo para celebrar la cena de fin de año de una forma tan exclusiva, decidió acudir a la Puerta del Sol. Allí comían las uvas al ritmo que marcaban las campanadas, para satirizar a la burguesía.
Otra de las posibles explicaciones, es el excedente de uvas que había en el 1909, y sus productores decidieron bautizarlas como las uvas de la suerte, para dar salida al producto.
En nuestros días, hay quien dice que son un símbolo de abundancia, y que por cada uva que comemos debemos pedir un deseo. En total, 12 deseos para que se cumplan a lo largo del año.
Otras tradiciones para fin de año
Hay varios ritos para que el año entrante venga con buen pie, y que los objetivos que hemos establecido se cumplan en el año entrante.
Ropa interior de color rojo: si quieres atraer la buena suerte, debes llevarla de este color, o de amarillo, según el lugar de donde es originaria esta costumbre. No lo sabemos a ciencia cierta, pero parece que viene desde Vietnam y China.
Para atraer la prosperidad a tu economía, se supone que debes lavarte las manos con azúcar y cava, además de llevar dinero en tu zapato.
Si lo que quieres es viajar más de lo que lo haces, tienes que sacar tus maletas y colocarlas delante de la puerta de tu casa.
Y ya si lo que te preocupa realmente es el amor, basta con que enciendas velas rojas, blancas y verdes hasta que se consuman por completo.