Corine Remande, de 49 años, y su marido Raphaël, disfrutaban del campeonato de la Ryder Cup. Pero una bola hizo una pesadilla en el campo de golf.
En la jornada matutina del viernes, Corine resultó herida al impactar en su ojo derecho la bola lanzada por el estadounidense Brooks Koepka en el golpe de salida del sexto hoyo.
«Sucedió tan rápido, que no sentí ningún dolor cuando me golpearon. No sentí que la bola hubiera golpeado mi ojo y luego sentí que la sangre comenzaba a derramarse. La exploración del viernes confirmó una fractura de la cavidad del ojo derecho y una explosión del globo ocular», dijo Corine Remande a AFP.
«En el mejor de los casos, le han dicho que podrá ver formas cuando el edema sea reabsorbido dentro de un mes», precisó su marido Raphaël.
Corine Remande demandará a la organización de la Ryder Cup por el incidente para «mejorar la seguridad en los campos de golf porque no sólo está el espectáculo». «Claramente, hay una responsabilidad de los organizadores», asegura y critica que el comisario de la prueba no lanzara un grito de alerta a los espectadores «cuando vio que la pelota del jugador iba hacia el público».
Por su parte, Brooks Koepka aseguró que después del partido se sintió muy mal al darse cuenta de lo que había sucedido. «No quieres golpear a nadie en la cara y menos a una mujer. No es una buena sensación. Es difícil controlar una bola de golf, especialmente a 300 yardas de distancia (unos 274 metros). Puedes gritar pero no importa porque a 300 yardas no puedes oírlo».